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James the Dancing Dog
James el beagle era un perro de verdad. Su amo y su ama trabajaban con el Ballet Nacional de Canadá, y entre 1961 y 1972 fue con ellos al estudio, a la sala de ensayos y al teatro donde actuaban los bailarines. Tal vez fuera eso lo que James soñaba cuando se tumbaba tranquilamente en el suelo con los ojos fijos en las bailarinas que giraban.
Desde cachorro, James quería bailar. Ahora, sin duda ayudaba a las bailarinas. Practicaba los saltos con ellas. Les ayudaba a mantener la figura compartiendo sus almuerzos. Se dejaba acariciar como talismán de la buena suerte antes de que las bailarinas salieran al escenario. Pero esto no era suficiente para James. En el fondo de su corazón anhelaba ser bailarín, volar por el escenario con los focos sobre él.
Un día se anuncia que la compañía va a representar Giselle. El ballet incluye un papel importante para un perro de caza, y James está seguro de que ha llegado su momento. Pero el papel es para un perro lobo de largas patas. James se queda fuera. Hasta que al lobero le entra miedo escénico.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)