Inventos rurales: El campo francés después de 1945

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Título original:

Rural Inventions: The French Countryside After 1945

Contenido del libro:

A finales del siglo XX, incluso cuando la globalización espoleaba el crecimiento de las megalópolis en todo el mundo, habitar la campiña francesa se había convertido en una fantasía y una práctica compartidas internacionalmente. Los relatos de mudanzas a antiguas granjas eran éxitos de ventas, y las casas y graneros construidos por los campesinos se habían renovado como segundas residencias en todo el interior rural. Según Sarah Farmer, esta evolución no se debió simplemente a la nostalgia por el pasado rural o al deseo de invertir en bienes inmuebles. Más bien definían las nuevas versiones de lo rural que surgen en las sociedades posagrarias.

En la Francia posterior a la Segunda Guerra Mundial, la modernización tecnológica de vanguardia y el crecimiento económico explosivo desarraigaron a las poblaciones rurales y erosionaron las tradiciones aldeanas de una nación mayoritariamente campesina. Y sin embargo, según este libro, la Francia rural no desapareció en las transformaciones radicales de los años cincuenta y sesenta. Los franceses respondieron al colapso de la sociedad campesina y a las amenazas que se cernían sobre sus preciados paisajes ideando nuevas formas de habitar el campo, convirtiéndolo en lugar de cambio y adaptación. Además del auge de las casas campesinas restauradas como segunda residencia, Invenciones rurales explora los experimentos utópicos de las comunas rurales y de la "vuelta a la tierra"; el ecologismo; el extraordinario éxito de las autobiografías campesinas; la fotografía; y otras representaciones a través de las cuales los franceses revalorizaron la vida y los paisajes rurales. El campesinado como clase social puede haber desaparecido, pero el campo persiste, valorado como un lugar no sólo para la agricultura, sino cada vez más para el deporte y el ocio, el turismo, el compromiso social y político, y un entorno natural digno de protección.

El Estado francés de posguerra y los habitantes rurales y urbanos de la nación, como muestra elocuentemente Sarah Farmer, rehicieron el campo francés en relación con la ciudad y con el mundo en general, no sólo invocando la Francia tradicional sino también creando una parte vibrante y en evolución de la Francia que estaba por venir.