Infinitesimal: Cómo una peligrosa teoría matemática dio forma al mundo moderno

Opiniones de los lectores

El libro «Infinitesimal», de Amir Alexander, presenta un detallado relato histórico de la evolución de los conceptos matemáticos, en particular los infinitesimales, y de cómo se cruzaron con paisajes culturales y políticos, especialmente los conflictos entre las matemáticas y la Iglesia católica durante el siglo XVII. Destaca la complejidad del progreso matemático y los factores humanos que influyeron en él, desde las intrigas políticas hasta el dogma religioso.

El libro está bien documentado y ofrece una fascinante intersección de matemáticas, historia, religión y filosofía. Los lectores aprecian la claridad con que se explican ideas complejas y la profundidad de los perfiles de los personajes. La narración es atractiva, lo que la hace accesible a quienes no tienen una sólida formación matemática, y ofrece una visión de los contextos sociales y políticos que configuraron el desarrollo del cálculo.

Algunos lectores consideraron que el libro era repetitivo y excesivamente largo, y sugirieron que sería conveniente editarlo para condensar el material y eliminar redundancias. Hubo críticas sobre la exactitud y fiabilidad de ciertos detalles históricos, en particular sobre el proceso de Galileo. Además, algunos críticos opinan que el enfoque es demasiado limitado y que se omiten avances significativos en matemáticas posteriores al siglo XVII.

(basado en 128 opiniones de lectores)

Título original:

Infinitesimal: How a Dangerous Mathematical Theory Shaped the Modern World

Contenido del libro:

Infinitesimal celebra el espíritu del descubrimiento, la innovación y los logros intelectuales, y cambiará para siempre su forma de ver una simple línea.

El 10 de agosto de 1632, cinco hombres vestidos con túnicas negras se reunieron en un sombrío palacio romano para emitir un juicio sobre una proposición aparentemente simple: que una línea continua está compuesta de partes distintas e infinitamente diminutas. De un plumazo, los padres jesuitas prohibieron la doctrina de los infinitesimales, anunciando que nunca podría ser enseñada o siquiera mencionada. El concepto se consideraba peligroso y subversivo, una amenaza para la creencia de que el mundo era un lugar ordenado, regido por un conjunto de reglas estrictas e inmutables. Los jesuitas temían que si se aceptaba el infinitesimal, el mundo entero se sumiría en el caos.

En Infinitesimal, el galardonado historiador Amir Alexander expone las razones profundas que subyacen a las sentencias de los jesuitas y muestra cómo persistió la doctrina, convirtiéndose en el fundamento del cálculo y de gran parte de las matemáticas y la tecnología modernas. De hecho, no todo el mundo estaba de acuerdo con los jesuitas. Filósofos, científicos y matemáticos de toda Europa abrazaron los infinitesimales como la clave del progreso científico, la libertad de pensamiento y una sociedad más tolerante. Como revela Alexander, no pasó mucho tiempo antes de que los dos bandos iniciaran una guerra que enfrentó a las fuerzas europeas de la jerarquía y el orden con las del pluralismo y el cambio.

La historia nos lleva desde los sangrientos campos de batalla de las guerras religiosas europeas y la Guerra Civil inglesa hasta las vidas de los más grandes matemáticos y filósofos de la época, como Galileo e Isaac Newton, el cardenal Belarmino y Thomas Hobbes, y Christopher Clavius y John Wallis. En Italia, la derrota de lo infinitamente pequeño significó el fin del reinado de ese país como corazón cultural de Europa, y en Inglaterra, el triunfo de lo infinitesimal ayudó a lanzar a la nación isleña en un rumbo que la convertiría en el primer Estado moderno del mundo.

Desde las ciudades imperiales de Alemania hasta las verdes colinas de Surrey, desde el palacio papal de Roma hasta los salones de la Royal Society de Londres, Alexander demuestra cómo un desacuerdo sobre un concepto matemático se convirtió en una contienda sobre los cielos y la tierra. La legitimidad de papas y reyes, así como nuestras creencias en la libertad humana y la ciencia progresista, estaban en juego: el alma del mundo moderno dependía de lo infinitesimal.