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Sex Drives
La autobiografía de Salvador Dal confiesa que "Hitler me excitaba al máximo", mientras que Sylvia Plath sostiene que "toda mujer adora a un fascista".
La famosa observación de Susan Sontag de que el arte revela el lado más sórdido del fascismo en la esclavitud, la disciplina y la desviación sexual parece ciertamente cierta en los textos literarios modernistas y de posguerra. ¿Cómo explicar las representaciones eróticas del fascismo en la literatura antifascista, el deseo sexual que escapa a los límites de la política? Laura Frost propone una lectura convincente de obras de D.
H. Lawrence, Virginia Woolf, Jean Genet, Georges Bataille, Marguerite Duras y Sylvia Plath, prestando especial atención a las corrientes subyacentes de embelesamiento con los tiranos, los uniformes y la dominación. Sostiene que la primera generación de escritores criados dentro del discurso psicoanalítico encontró en el fascismo el inconsciente libidinal a través del cual fantasear actos -incluidos el sadomasoquismo y la homosexualidad- no permitidos en una concepción democrática de la sexualidad sin relaciones de poder.
Al delinear la inversión de la democracia en un fascismo sexualmente transgresor, una inversión que persiste hasta nuestros días, Frost demuestra cómo la política entra en la fantasía. Este libro provocativo y muy argumentado ofrece tanto una nueva contribución a la literatura modernista como una teorización de la fantasía.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)