Puntuación:
El libro está bien documentado y escrito, lo que lo convierte en una lectura importante para diversos públicos académicos e históricos. Sin embargo, contiene algunas interpretaciones controvertidas de términos y conceptos que pueden socavar su objetividad.
Ventajas:⬤ Bien investigado y escrito
⬤ importante para estudiantes de historia, derecho y psicología
⬤ combina una investigación sobresaliente con una marca personal de objetividad contemporánea.
Uso incorrecto del término «misoginia» en relación con el contexto histórico; la aplicación de las normas probatorias occidentales a los acontecimientos del Tercer Reich se considera contradictoria.
(basado en 2 opiniones de lectores)
Ilse Koch on Trial: Making the Bitch of Buchenwald""
Una reevaluación autorizada de una de las criminales de guerra nazis más notorias, cuya traición percibida de la feminidad la convirtió en el chivo expiatorio favorito de la Alemania de posguerra.
El 1 de septiembre de 1967, una de las figuras más infames del Tercer Reich se ahorcó en su celda tras casi veinticuatro años en prisión. Conocida como la "Perra de Buchenwald", Ilse Koch era singularmente célebre, acusada de poseer pantallas de lámpara fabricadas con pieles de prisioneros del campo asesinados y de tener un comportamiento sexual "bestial". Estas acusaciones alimentaron una fascinación pública que convirtió a Koch en un potente símbolo femenino del salvajismo nazi.
Sin embargo, las atrocidades más sensacionales atribuidas a Koch eran apócrifas o no estaban probadas. En esta reevaluación autorizada, Tomaz Jardim demuestra que, aunque Koch era una nazi entregada y sin duda cometió crímenes brutales, también fue un chivo expiatorio para los alemanes de posguerra deseosos de distanciarse del pasado reciente. Su retrato como mujer libertina y sádica -una monstruosa perversión del ideal de esposa y madre- marcó un intenso contraste con los millones de alemanes "normales" que vivieron vidas más tranquilas, pero cuya complicidad en el proyecto nazi había sido colectivamente mucho más consecuente.
La realidad del Holocausto es que fue perpetrado por una enorme burocracia llena de ciudadanos corrientes. Ilse Koch on Trial revela cómo las percepciones de género de la violencia y la culpabilidad alimentaron la celosa persecución de Koch, incluso cuando muchos hombres nazis responsables de crímenes mayores escaparon a las consecuencias o fueron menos castigados. Y lo que es aún más inquietante, revela con qué facilidad las sociedades pueden ceder a la tentación de asignar las culpas de forma restrictiva. Ilse Koch era conveniente porque podía ser descrita como una anomalía extraña, una forma de maldad que podía ser aprovechada y erradicada, retrasando así un reconocimiento honesto del pasado nazi.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)