Identidad: La necesidad de una idea moderna

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Título original:

Identity: The Necessity of a Modern Idea

Contenido del libro:

Identidad: La necesidad de una idea moderna es la primera historia exhaustiva de la identidad como respuesta a la pregunta «¿quién o qué soy? «Abarca el siglo que va desde el final de la Primera Guerra Mundial, cuando la identidad en este sentido se convirtió por primera vez en un tema de interés para escritores y filósofos, hasta 2010, cuando los líderes políticos europeos declararon que el multiculturalismo era un fracaso justo cuando Canadá, que fue pionera en él, aclamaba su éxito. A lo largo del libro se examinan los conceptos de Erik Erikson de identidad psicológica y crisis de identidad, que hicieron famosa la palabra; el giro hacia la identidad colectiva y el auge de las políticas de identidad en Europa y América; las variedades y teorías de la identidad de grupo; los debates sobre la acomodación de las identidades colectivas dentro de la democracia liberal; la relación entre identidad individual y de grupo; la crítica posmoderna de la identidad como concepto; y las formas en que, no obstante, transformó las ciencias sociales y alteró nuestras ideas de la ética.

Al mismo tiempo, el libro es un alegato a favor de la validez e indispensabilidad de la identidad, bien entendida. La identidad no era un concepto antes del siglo XX porque se daba por sentada. La matanza de la Primera Guerra Mundial socavó las identidades honradas de la Europa de preguerra y, en consecuencia, la idea de la identidad como algo objetivo y estable quedó en entredicho al mismo tiempo que la gente empezó a sentir que era psicológica y socialmente necesaria.

No podemos sentirnos a gusto en nuestro cuerpo, actuar eficazmente en el mundo o interactuar cómodamente con los demás sin un sentido estable de quiénes somos. Gerald Izenberg sostiene que, si bien es un error creer que nuestras identidades son algo dado que descubrimos pasivamente sobre nosotros mismos, decretado por Dios, el destino o la naturaleza, nuestras identidades más importantes tienen un fundamento objetivo en nuestra situación existencial como cuerpos, seres sociales y criaturas que aspiran al sentido y la trascendencia, así como en la legitimidad de nuestra particularidad histórica.