I Wore the Ocean in the Shape of a Girl: Memorias

Título original:

I Wore the Ocean in the Shape of a Girl: A Memoir

Contenido del libro:

El triunfo de las memorias de Kelle Groom radica en su prosa plástica y poética, en la que desnuda el comienzo de su alcoholismo a los quince años, el hijo que tuvo y al que renunció a los diecinueve, sus trabajos sin futuro, sus padres disgustados, sus desmayos, sus aventuras y, finalmente, su lenta y firme adopción de una vida sobria y creativa" ( Elle ).

A los quince años, Kelle Groom descubrió que el alcohol le permitía conectar con la gente y explorar la intimidad de un modo que nunca antes había podido experimentar. Empezó a beber antes de ir a clase, se desmayaba a menudo en los bares y cayó en relaciones destructivas. A los diecinueve años, cuando ya era una alcohólica descontrolada, se quedó embarazada. Aceptando el hecho desgarrador de que era incapaz de cuidar de su hijo por sí misma, lo dio en adopción a sus tíos. Lo llamaron Tommy y se lo llevaron a Massachusetts. A los nueve meses le diagnosticaron leucemia, pero los padres de Kelle, que querían lo mejor para ella, le ocultaron casi todo sobre su salud. Cuando Tommy murió sólo tenía catorce meses. Tras perderlo irremediablemente, Kelle entró en una acelerada espiral de autodestrucción. Sólo salió de esta caída libre cuando su deseo de dejar de beber la puso en contacto con quienes la ayudaron a mantenerse sobria.

Con una prosa conmovedora e hipnótica, I Wore the Ocean in the Shape of a Girl explora los aspectos más dolorosos de la adicción y la pérdida de Kelle con inquebrantable honestidad y audaz determinación. Urgente y vital, exquisita y cruda, su historia trata tanto del amor maternal como de la supervivencia, tanto de la aceptación como del perdón. El anhelo de Kelle por su hijo permanece veinticinco años después de su muerte. Es un dolor intensificado, ya que lo perdió dos veces: primero en adopción y luego a causa del cáncer. En este inspirador retrato de redención, Kelle traza el camino que la llevó a aceptar su adicción y su dolor y a aprender a vivir en el mundo.

A través de la historia de su familia y del cáncer de su hijo, Kelle traza con claridad y gracia sobrecogedoras las fuerzas que moldean una vida, una muerte y una voz literaria.