Human Animal Earthling Identity: Valores compartidos que unifican los movimientos por los derechos humanos, los derechos de los animales y el medio ambiente.

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Título original:

Human Animal Earthling Identity: Shared Values Unifying Human Rights, Animal Rights, and Environmental Movements

Contenido del libro:

Con The Human Animal Earthling Identity Carrie P. Freeman nos pide que reconsideremos la devastadora división que hemos creado entre la condición humana y la animal, que ha conducido a la explotación masiva, la injusticia y la extinción. Como remedio, Freeman cree que los movimientos sociales deben fomentar colectivamente un cambio cultural en la identidad humana que se aleje de un antropocentrismo egoísta (perspectiva centrada en el ser humano) y se acerque a un altruismo universal (ética centrada en la especie), para que las personas puedan empezar a verse a sí mismas de forma más amplia como "humanos animales terrícolas".

Para formular la base de este cambio de identidad, Freeman examina los valores coincidentes (apoyo a la vida, justicia, responsabilidad y unidad) que son comunes en las declaraciones de derechos globales y en los mensajes de campaña actuales de dieciséis organizaciones de movimientos sociales globales que trabajan en derechos humanos/civiles, protección de animales no humanos y/o cuestiones medioambientales, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, CARE, People for the Ethical Treatment of Animals, World Wildlife Fund, Sea Shepherd Conservation Society, Nature Conservancy, Rainforest Action Network y Greenpeace. También entrevista a los líderes de estos grupos de defensa para conocer su punto de vista sobre cómo las causas de protección humana y no humana pueden convertirse en aliadas al enfrentarse a oponentes comunes y activar valores y objetivos compartidos en cuestiones como la crisis climática, la esclavitud, la extinción, la contaminación, la desigualdad, la agricultura y la pesca destructivas, y las amenazas a la democracia.

El análisis de Freeman del discurso activista considera ideologías éticas en nombre de la justicia social, los derechos de los animales y el ecologismo, utilizando el respeto de los derechos de los animales por los individuos sintientes como puente que conecta los derechos humanos con una valoración más holística de las especies y los sistemas ecológicos. En última instancia, Freeman utiliza sus conclusiones para recomendar un conjunto de valores universales en torno a los cuales los mensajes de campaña de todos los movimientos sociales puedan cultivar colectivamente relaciones respetuosas entre los "humanos animales terrícolas", los seres sintientes y el mundo natural que compartimos.