Puntuación:
El libro «Birth Strike», de Jenny Brown, explora la imbricación de los derechos reproductivos de la mujer y las cuestiones laborales, planteando que los intereses gubernamentales y empresariales manipulan el control de la población para obtener beneficios económicos. La autora presenta un contexto histórico, comparaciones internacionales y aboga por sistemas universales de apoyo a las familias. Los críticos encontraron el libro perspicaz, atractivo y una lectura necesaria para las mujeres y los interesados en la justicia social.
Ventajas:⬤ Ofrece un análisis convincente de los vínculos entre los derechos reproductivos y el control económico.
⬤ Una redacción atractiva que evita ser excesivamente académica.
⬤ Ofrece un contexto histórico e internacional.
⬤ Estimula el debate sobre los cambios sociales necesarios, como las guarderías universales, la asistencia sanitaria y los derechos de los trabajadores.
⬤ Destaca las intersecciones de raza, inmigración y trabajo en temas reproductivos.
⬤ Llamamiento a la acción para que los lectores se comprometan con el activismo.
⬤ Algunos lectores pueden encontrar el tema conflictivo o incómodo.
⬤ El enfoque del libro en cuestiones sistémicas puede resultar abrumador para quienes buscan historias o experiencias personales.
⬤ Puede no resultar atractivo para quienes no estén interesados en debates feministas o sobre derechos laborales.
(basado en 15 opiniones de lectores)
Birth Strike: The Hidden Fight Over Women's Work
Cuando el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, instó a las mujeres estadounidenses a tener más hijos, y Ross Douthat pidió "Más bebés, por favor", en una columna del New York Times, expresaron abiertamente lo que los responsables políticos llevan décadas debatiendo con mayor discreción. Utilizando un lenguaje técnico como "estructura de edad", "tasa de dependencia" y "crisis de derechos", los grupos de reflexión del establishment están dando la voz de alarma: si las mujeres estadounidenses no se ponen manos a la obra para tener más hijos, nos enfrentaremos a una mano de obra envejecida, una demanda de consumo floja y una economía estancada.
Las feministas suelen creer que un bloque religioso mojigato es el responsable de la prolongada lucha por la libertad reproductiva en Estados Unidos y que los políticos sólo atacan el aborto y el control de la natalidad para atraer a esos "votantes de valores". Pero detrás de esta explicación convencional se esconde una dramática lucha por el trabajo reproductivo de las mujeres. Por un lado, los políticos de élite quieren una mano de obra en expansión criada con un mínimo de gasto por parte del empleador y un máximo de trabajo femenino no remunerado. Por otro lado, las mujeres se niegan a tener hijos al nivel deseado por los planificadores económicos. Según algunas mediciones, nuestra tasa de natalidad es la más baja de la historia. Con escaso acceso a guarderías, permisos familiares y asistencia sanitaria, y con una participación masculina insuficiente, las mujeres estadounidenses están llevando a cabo una huelga de natalidad espontánea.
En otros países, el pánico ante las bajas tasas de natalidad ha llevado a los gobiernos a financiar la maternidad y la crianza de los hijos con generosos programas universales, pero en Estados Unidos las mujeres aún no nos hemos dado cuenta del potencial de nuestra posición negociadora. Cuando lo hagamos, nos conducirá a nuevas estrategias para conseguir el pleno acceso al aborto y al control de la natalidad, y para mejorar las difíciles condiciones de trabajo a las que se enfrentan ahora los padres estadounidenses cuando crían a sus hijos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)