Historias que olvidé contarte

Opiniones de los lectores

El libro es una conmovedora colección de memorias que reflexionan sobre la vida tras el fallecimiento del marido de la autora, llena de calidez y momentos significativos.

Los lectores encuentran el libro encantador y sincero, y lo describen como una cálida charla con un amigo. Evoca diversas emociones, como la risa y la reflexión sobre la fragilidad de la vida, y es elogiado por su bella escritura y sus momentos conmovedores.

Algunos lectores opinan que el libro es demasiado corto (96 páginas) y consideran que las historias no son especialmente convincentes, describiéndolo más como un largo ensayo que como una sólida colección.

(basado en 6 opiniones de lectores)

Título original:

Stories I Forgot to Tell You

Contenido del libro:

Una reflexión delicada y oscuramente ingeniosa sobre la pérdida, el matrimonio, la escritura y la vida en Nueva York de una aclamada biógrafa y escritora de memorias.

El marido de Dorothy Gallagher, Ben Sonnenberg, autor de Lost Property: Memorias y confesiones de un chico malo, murió hace más de una década. En el momento de su muerte, sufría esclerosis múltiple desde hacía muchos años y estaba casi completamente paralizado, pero su mente maravillosa y juguetona permanecía intacta. En las diez secciones de Historias que olvidé contarte, Gallagher se mueve libre e intuitivamente entre el presente y el pasado para evocar la vida que compartieron juntos y la vida de ella tras la muerte de él, sola, pero al mismo tiempo nunca sin pensar en él, en un presente atormentado pero también reconfortado por el recuerdo de su pasado común. Habla -y todo el libro está escrito en tono coloquial, confidencial, sin pretensiones-, habla de pequeñas cosas -mudarse a un nuevo apartamento y acondicionarlo, cultivar tomates en una nueva terraza- y mientras lo hace recuerda la ropa elegante y las afectaciones inglesas de su marido desaparecido, lo que sabía de él y lo que no sabía, el devastador precio de su enfermedad y las formas que ambos encontraron para hacerle frente. Habla de sus dos perros y su gato, Bones, y del papel que desempeñó una fotografía que nunca tomó en su reencuentro con su marido.

Su madre, que finalmente sucumbió a la demencia, también está aquí, junto con amigos, una vieja máquina de escribir, episodios de una vida de escritora y los últimos días de su marido. Las historias que Gallagher tiene que contar no podrían ser más corrientes y, sin embargo, su mirada irónica sobre la memoria y la vida les confieren una resonancia extraordinaria que hace que el lector sienta tanto la lógica como el misterio, tan peculiar como profundo, de la existencia común de una pareja. La prosa de Gallagher está perfectamente entonada y su ojo para el detalle es infalible. Este delgado libro sobre la pérdida irremediable y el amor interminable destila la esencia de toda una vida.