Puntuación:
El libro es una exploración exhaustiva y atractiva de la historia de la odontología, adecuada tanto para profesionales como para el público en general. Combina el humor con contenidos informativos sobre la evolución de la odontología a lo largo de 7.000 años.
Ventajas:Bien escrito y accesible, informativo para un público amplio, humorístico, ofrece una amplia perspectiva histórica, incluye una valiosa bibliografía, experiencia de lectura atractiva, gran opción de regalo para los profesionales de la odontología.
Desventajas:Algunos lectores habrían preferido un análisis más profundo de las prácticas odontológicas asiáticas e indias, saltos ocasionales en las cronologías históricas, puede interesar principalmente a los interesados en odontología o historia.
(basado en 43 opiniones de lectores)
The History of Dentistry: Toothsome Tales & Oral Oddities from Babylon to Braces
Para los que se encuentran a ambos lados del temido sillón del dentista, James Wynbrandt ha escrito una historia ingeniosa, colorista y profusamente informativa sobre el arte y la ciencia de la odontología. A todos esos pacientes dentales cuyo quejido se eleva al mismo tiempo que el del taladro, tomen nota: harían bien en reprimir su terror y dar gracias a Apolonia, la santa patrona de los que sufren dolor de muelas, porque sólo se enfrentan a una molestia pasajera en lugar de la angustia desfigurante o la muerte lenta y agonizante que solían infligir los dentistas del pasado. La transición de la ignorancia, la incomprensión y la superstición de ayer a los protocolos ilustrados y nerviosos de hoy ha sido un proceso largo, lento y muy doloroso.
Por ejemplo, ¿sabías que:
*Entre los remedios para el dolor de muelas preferidos por Pierre Fauchard, el padre de la odontología, estaba enjuagarse la boca abundantemente con la propia orina.
*George Washington nunca tuvo dientes de madera. Sin embargo, sus problemas dentales crónicos pueden haber influido en el resultado de la Revolución Americana.
*Los soldados de la Guerra Civil necesitaban al menos dos dientes frontales opuestos para abrir los sobres de pólvora. A algunos hombres llamados a filas se les extrajeron los dientes delanteros para evitar el servicio.
*Después de la batalla de Waterloo se recogieron dientes de hasta cincuenta mil cadáveres, una enorme cosecha que más tarde se utilizó para prótesis dentales y trasplantes y que se conoció como Dientes de Waterloo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)