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Las reseñas elogian «Henry Clay: El hombre que debió ser presidente» por su contenido, que invita a la reflexión, y por su minucioso análisis de la vida y la carrera política de Henry Clay, en particular su papel en los principales compromisos legislativos y su relación con Kentucky. El autor, James C. Klotter, es elogiado por su estilo de escritura y su capacidad para dar vida a figuras históricas, aunque algunos lectores opinan que la narración podría haber incluido perspectivas más diversas y menos repeticiones. También se menciona positivamente la versión en audiolibro.
Ventajas:⬤ Excelente redacción y atractivo estilo narrativo.
⬤ Provoca la reflexión y plantea nuevas preguntas sobre la historia.
⬤ Destaca importantes acontecimientos políticos y compromisos en la vida de Clay.
⬤ Ofrece un retrato comprensivo pero justo de las complejidades de Henry Clay, especialmente en relación con la esclavitud.
⬤ Excelente para la investigación debido a su enfoque centrado en acontecimientos significativos.
⬤ Excelente narración del audiolibro.
⬤ Algunos lectores encontraron la exposición de la personalidad de Clay repetitiva y demasiado larga.
⬤ El autor parecía favorecer a Clay, descuidando los puntos de vista de contemporáneos como Calhoun y Jackson.
⬤ El epílogo fue criticado por carecer de nuevas ideas.
⬤ Repetición ocasional de ideas a lo largo del libro.
(basado en 6 opiniones de lectores)
Henry Clay: The Man Who Would Be President
Carismático, encantador y uno de los mejores oradores de su época, Henry Clay parecía tenerlo todo. Ofreció un amplio plan de cambio para Estados Unidos y dirigió los asuntos nacionales como Presidente de la Cámara de Representantes, como Secretario de Estado de John Quincy Adams -el hombre al que puso en el cargo- y como líder reconocido del partido Whig.
Como mediador del Compromiso de Misuri y del Compromiso de 1850, Henry Clay luchó por mantener unida a una joven nación cuando la expansión hacia el oeste y la esclavitud amenazaban con destrozarla. Sin embargo, a pesar de su talento y sus logros, Henry Clay nunca llegó a ser presidente. Recibió tres veces los votos del Colegio Electoral y aspiró dos veces más a la nominación de su partido, pero siempre fue derrotado.
Junto a otros grandes senadores como Daniel Webster y John C. Calhoun, Clay estuvo en el candelero en casi todo momento desde 1824 hasta 1848.
Dada su prominencia, quizá esos años no deberían denominarse la Era Jacksoniana, sino la Era de Clay. James C. Klotter utiliza nuevas investigaciones y ofrece una explicación más centrada y matizada de los programas y la política de Clay para responder a la pregunta de por qué el hombre al que llamaban "El Gran Rechazado" nunca ganó la presidencia, pero sí los elogios de la historia.
La fresca perspectiva de Klotter revela que el mejor monumento a Henry Clay es el hecho de que Estados Unidos sigue siendo un país, una nación, un ejemplo de democracia exitosa, que sigue trabajando, que sigue cambiando, que sigue reflejando su espíritu. El atractivo de Henry Clay y su énfasis en el compromiso aún resuenan en una sociedad que busca menos partidismo y más esfuerzos de conciliación.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)