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Estoy encadenado, encerrado en una celda a la que sólo llega la luz de una ventana enrejada. De repente, la pesada puerta de mi celda se abre de golpe: mi amo ha traído dos especímenes más. Un hombre y una mujer desnudos, magullados, ensangrentados y asustados. Golpeo al hombre y casi le arranco la vida. Agarro a la mujer y la tiro sobre mi cama, parece horrorizada. No la veo.
No veo la vida que una vez tuvo. No siento su dolor, no percibo su pasión. Le meto una mano fuerte y afilada en el pecho. La luz se apaga de sus ojos. Aúllo, saco de su pecho su corazón palpitante.
Deja de latir. Lo desgarro, eso me duele, meto la mano dentro y fi jo el error cometido, eso me duele. Cierro el corazón con aguja e hilo. Eso me asusta. La costura se parece a la escritura. Le vuelvo a meter el corazón en el pecho. Necesito una costilla, así que ahora mato al hombre por su costilla para arreglarle el pecho y cerrarlo. Le golpeo el pecho para que el corazón vuelva a latir. Caigo al suelo exhausto y espero a que su vida vuelva. Sus ojos se abrieron, eso me asusta. Entonces vuelve la luz que la asusta. Grita y se levanta de un salto. No me ve y corre hacia la ventana. No puedo alcanzar a mi amo porque las cadenas son demasiado cortas. Un hermoso pájaro la ve y ella se aferra a él y la eleva al cielo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)