Marzo de 1948. Hace dos meses, el detective Harry Taylor sobrevivió a un intento de asesinato por parte de un conocido criminal de Sydney, orquestado por los dos detectives más famosos del CIB. Sus investigaciones condujeron a su encarcelamiento. Se ganó el desprecio de muchos en el cuerpo de policía, incluido el superintendente jefe y los que se beneficiaron de su corrupción. Harry no podía permanecer en Sydney.
Ascendido a sargento detective, Harry fue trasladado a Wagga Wagga -una hermosa ciudad del sur de Nueva Gales del Sur-, pero no había tiempo para relajarse.
Un chico de una comunidad religiosa marginal a orillas del río Murrumbidgee se suicidó.
El culto -dirigido por un hombre conocido sólo como Grace, antiguo padre del ejército escocés- se había establecido en la India y estaba compuesto en su mayoría por expatriados británicos. Tras una visión, Dios le ordenó trasladar su comunidad a Wagga Wagga como preparación para el Armagedón.
Los miembros eran vegetarianos, no tenían apellidos y nadaban desnudos a la vista de escuelas, iglesias y el público. Se contaban historias de salvajes fiestas sexuales en las que participaban niños, así como de reuniones nocturnas llenas de drogas en las que se celebraban rituales satánicos, sacrificios de animales y brujería.
Harry se enfrenta a la intolerancia, la histeria y el racismo de la ciudad. ¿Podrá separar la verdad de los rumores?
La secta atrae nuevas sospechas cuando se encuentra el cadáver putrefacto de un hombre en un arenal.
¿Quién está implicado? ¿Un miembro de la secta? ¿Parroquianos? ¿Jardineros chinos? ¿La policía?
Harry recurre a sus colegas de la sección forense, a su amigo el padre Ambrose y a los pocos policías locales en los que podía confiar.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)