Hábitos de los estrategas marítimos altamente eficaces

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Título original:

Habits of Highly Effective Maritime Strategists

Contenido del libro:

Hábitos de los estrategas marítimos altamente eficaces es una obra deliberadamente compacta dirigida tanto a los estrategas actuales como a los aspirantes, especialmente a los que se ocupan de la estrategia en el mar, y a quienes trabajan para ellos o junto a ellos. El volumen pretende ayudar a los líderes estratégicos a conocerse y formarse, dos de las empresas más importantes en el campo del liderazgo.

James R. Holmes se remonta a los clásicos de la filosofía -especialmente a las obras de Aristóteles, el fundador del Liceo- para plantear que la estrategia es un hábito. Más bien, escribe, implica cultivar una familia de hábitos. Para sobresalir en estrategia, hay que aprender lo que hacen los estrategas excelentes y practicar ese ritual cada día. La repetición ayuda al estratega a encontrar la virtud, que Aristóteles definió como la media áurea entre los extremos de algún rasgo, al tiempo que evita el vicio, el exceso o la deficiencia de ese rasgo. Con el tiempo, se convierte en algo natural tener una visión a largo plazo de los fines políticos y estratégicos nacionales, reunir recursos diplomáticos, económicos y militares, e idear formas de poner esos recursos al servicio del beneficio estratégico.

Los clásicos de la estrategia ocupan un lugar destacado en esta obra. El canon expone conceptos que merece la pena dominar. Por ejemplo, Carl von Clausewitz exhorta a los estrategas a reunir fuerzas superiores en el lugar y el momento decisivos, renunciando a los compromisos secundarios que dispersan los recursos por el mapa y corren el riesgo de dejar a cada fuerza demasiado débil para lograr su objetivo. En una línea similar, Alfred Thayer Mahan diseña una fórmula para dimensionar las flotas con el fin de dominar a los enemigos en aguas o zonas costeras importantes. Sun Tzu propugna el enfoque indirecto de la estrategia, y B. H. Liddell Hart y J. C. Wylie se unen al general chino clásico en su defensa. En el caso ideal, los estrategas no sólo aprenden sino que interiorizan estos conceptos. Aprovecharlos en el mundo real no supone ningún esfuerzo.