Guerreros reacios: Alemania, Japón y el dilema de su alianza con Estados Unidos

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Título original:

Reluctant Warriors: Germany, Japan, and Their U.S. Alliance Dilemma

Contenido del libro:

¿Pueden Alemania y Japón hacer más militarmente para mantener el orden internacional?

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania y Japón han sido los principales aliados de Estados Unidos más reacios a asumir responsabilidades militares. Dada su historia, esta reticencia es ciertamente comprensible. Pero debido a su tamaño e importancia económica, Alemania y Japón son los aliados más importantes de Estados Unidos en Europa y Asia Oriental, respectivamente, y su prolongada reticencia a compartir la carga de la defensa se ha convertido en una eterna fuente de frustración para Washington.

Los posibles papeles de seguridad de Alemania y Japón son cada vez más importantes dada la incertidumbre, de hecho la volatilidad, del entorno internacional actual. Bajo el mandato del presidente Trump, las fricciones entre los aliados sobre el reparto de la carga son más intensas que nunca. Mientras tanto, los entornos de seguridad en Europa y Asia se han deteriorado debido al resurgimiento de una Rusia beligerante bajo Vladimir Putin, el ascenso constante de una China cada vez más asertiva y la preocupante adquisición de armas nucleares por parte de Corea del Norte.

En parte como respuesta a estos acontecimientos, Alemania y Japón han impulsado en los últimos años sus esfuerzos en materia de seguridad, principalmente aumentando el gasto en defensa y asumiendo una gama algo más amplia de misiones militares. Aun así, debido a su cultura antimilitarista, en ambos países sigue habiendo una fuerte resistencia a reconstruir el ejército y asumir una mayor responsabilidad en el mantenimiento de la paz regional o incluso mundial.

En Guerreros reticentes, un equipo de destacados expertos internacionales examina críticamente cómo y por qué Alemania y Japón han modificado hasta ahora sus posturas militares desde 1990, y evalúa cuánto camino les queda por recorrer y por qué. Los colaboradores también destacan los riesgos que corre Estados Unidos si hace una petición demasiado simplista a los dos países para que "hagan más".