Puntuación:
El libro ofrece un relato detallado del desarrollo de las estrategias de defensa y disuasión submarinas, combinando perspectivas históricas con anécdotas personales y humor. Resulta especialmente atractivo para quienes tengan experiencia en sonares de la Armada o en operaciones submarinas, ya que celebra las contribuciones tanto del personal militar como de los civiles en este campo.
Ventajas:⬤ Lectura convincente con entretenidas historias marinas
⬤ adecuado para quienes tengan experiencia en sonares de la Armada
⬤ incorpora humor
⬤ rinde homenaje a héroes anónimos
⬤ ofrece una visión de la colaboración entre científicos, ingenieros y personal militar.
El contenido puede resultar repetitivo en ocasiones.
(basado en 6 opiniones de lectores)
Cold Warriors: The Navy's Engineering and Diving Support Unit
Esta es la historia de una guerra tecnológica. No había ninguna ambigüedad tras la frase -destrucción mutua asegurada-: las armas nucleares y los medios para lanzarlas se habían convertido en una realidad.
La bomba atómica llevó a Japón al USS Missouri para la rendición formal el 2 de septiembre de 1945; una fecha que marcó el final de la Segunda Guerra Mundial. Pero esta fecha también marcó el comienzo de la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética emergió de las sombras. No hubo un "disparo que se oyó en todo el mundo", ni Fort Sumter, ni Pearl Harbor, sólo la amenaza de un hongo nuclear mucho peor que el que experimentó Japón.
La Guerra Fría se mantuvo fría porque todos los actores persiguieron agresivamente una estrategia de disuasión destinada a mantener el dedo del adversario fuera del gatillo.
Las personas en primera línea y entre bastidores -los Guerreros Fríos de ambos bandos- procedían de los civiles que crearon la tecnología y de los militares a los que se confiaría su uso. Cuando las tensiones se intensificaron, fueron la Marina y el -servicio silencioso- los que desempeñaron un papel fundamental.
En Cold Warriors, el autor describe un laboratorio de la Marina en New London, Connecticut, poblado de pioneros en tecnología de guerra submarina y antisubmarina. Su mandato consistía en asumir los riesgos intelectuales que mantendrían a este país un paso por delante de la Unión Soviética. Pero las ideas por sí solas no ganarían la Guerra Fría.
Los científicos contaban con equipos de ingenieros de campo cuya disposición a asumir riesgos físicos convertía la teoría en realidad. Uno de estos grupos era conocido simplemente como "los buceadores". - A partir de los años 50, el Laboratorio de Sonido Submarino de la Marina de los Estados Unidos empezó a enviar a un pequeño número de sus empleados civiles -uno o dos cada año- a formarse en una de las escuelas de submarinismo de la Marina.
Cuando el Laboratorio de New London se convirtió en el Centro Naval de Guerra Submarina de Newport (Rhode Island), ese pequeño equipo pasó a ser la Unidad de Ingeniería y Apoyo al Buceo. Durante más de medio siglo, -los submarinistas- recorrerían el mundo; este libro es su historia.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)