Grounded Globalism: How the U.S. South Embraces the World (Globalismo arraigado: cómo el sur de EE.UU. abraza el mundo)

Opiniones de los lectores

Actualmente no hay opiniones de lectores. La calificación se basa en 2 votos.

Título original:

Grounded Globalism: How the U.S. South Embraces the World

Contenido del libro:

¿El mundo es plano? Tal vez no, dice este estudio de cambio de paradigma sobre el impacto del globalismo en una región legendariamente resistente al cambio. El Sur de Estados Unidos, definido durante mucho tiempo en términos de sus diferencias con el Norte, está abandonando este marco de referencia nacional y de oposición para adoptar uno más internacional e integrador. Del mismo modo, a medida que el Sur (sede de UPS, CNN, KFC y otras marcas internacionales) se globaliza, la gente emigra desde países como India, México y Vietnam, y se convierte en sureños. Se ha hablado mucho de los aspectos demográficos y económicos de este cambio. Hasta ahora, sin embargo, nadie había demostrado sistemáticamente lo que el globalismo significa para el sentido meridional de sí mismo.

El antropólogo James L. Peacock examina el Sur del presente y del pasado para desarrollar la idea del "globalismo enraizado", en el que las fuerzas globales y las culturas locales arraigadas en la historia, la tradición y el lugar reverberan unas contra otras de forma mutuamente sostenible y energizante. Peacock se centra en una parte concreta del mundo, pero su modelo es muy pertinente: "Algún tipo de arraigo en el lugar es necesario para los seres humanos".

Grounded Globalism recurre a perspectivas de campos tan diversos como la ecología, la antropología, la religión y la historia para ir más allá del modelo, propuesto por estudiosos como C. Vann Woodward, que describe el Sur como una región paralizada por la carga de su pasado. Peacock señala que, si bien la globalización puede aliviar viejas cargas, al mismo tiempo puede imponer otras nuevas. También sostiene que las identidades regionales anteriores no han sido sustituidas por el cosmopolitismo desarraigado del ciberespacio u otros sistemas abstractos. El apego a un lugar sigue existiendo, aunque los mercados mundiales borren las fronteras y allanen las diferencias y distinciones entre las naciones. Según Peacock, estos vínculos ejercen sus propias presiones sobre el globalismo, con sutiles ventajas que no debemos descartar.