Puntuación:
Greene on Capri», de Shirley Hazzard, ofrece una visión matizada, aunque limitada, de la vida de Graham Greene durante su estancia en la pintoresca isla de Capri, entrelazando anécdotas personales con reflexiones sobre la historia y la cultura de la isla. Mientras que algunos lectores encuentran las memorias bellamente evocadoras y ricas en detalles, otros las critican por estar mal organizadas y carecer de compromiso con las contribuciones literarias de Greene.
Ventajas:Las memorias se caracterizan por la belleza de su prosa, las vívidas imágenes de Capri y la visión de la vida y la personalidad de Greene por parte de un amigo íntimo. Atrae a los admiradores de Greene y Hazzard, con atractivas historias sobre la isla y sus notables habitantes. La amistad del autor con Greene añade una dimensión personal que algunos lectores encuentran esclarecedora.
Desventajas:Los críticos señalan que el libro está mal organizado y es repetitivo, y que a menudo entra en detalles superfluos. Algunos opinan que las memorias carecen de calidez y de una visión genuina de la obra y el carácter de Greene, retratándolo más como una figura enigmática que como una persona afín. Además, el estilo de escritura puede parecer demasiado preciosista o esnob, lo que resta valor a la experiencia para algunos lectores.
(basado en 33 opiniones de lectores)
Greene on Capri: A Memoir
Cuando los amigos mueren, las propias credenciales cambian: uno se convierte en un superviviente. Graham Greene ya ha tenido biógrafos, uno de los cuales le ha servido poderosamente.
Sin embargo, espero que haya lugar para el recuerdo de un amigo que le conoció -quizá no sabiamente, pero sí bastante bien- en una isla que «no era su tipo de lugar», pero a la que acudió temporada tras temporada, año tras año; y donde él también será subsumido en la historia de gran capacidad. Durante milenios, los acantilados de Capri han dado cobijo tanto a buscadores de placer como a refugiados, entre ellos los emperadores Augusto y Tiberio, Henry James, Rilke y Lenin, y multitud de artistas, excéntricos y marginados.
Aquí, en los años sesenta, Graham Greene entabló amistad con Shirley Hazzard y su marido, el escritor Francis Steegmuller; su amistad duró hasta la muerte de Greene en 1991. En Greene on Capri, Hazzard utiliza su siempre volátil intimidad como prisma a través del cual iluminar el carácter mercurial de Greene, su obra y sus conversaciones, y la extraordinaria cultura literaria que prosperó durante mucho tiempo en esta isla encantada y deslumbrante.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)