Puntuación:
Actualmente no hay opiniones de lectores. La calificación se basa en 2 votos.
Cuando Alfred Grayson, un funcionario jubilado que acaba de enviudar, decide comprarse un perro, Sheba le proporciona un pasaporte a la diversa comunidad multirracial de paseadores de perros y cuidadores de bancos que se reúnen en un destartalado parque londinense. Aquí Grayson se relaciona con el astuto Finbar, la teatral Arabella y su absurdo compañero de baile de tango, Harold Heyhoe, la jamaicana Maryanne, torturada por sus demonios, el rastafari Rootsman, el viejo tío Nat de Sierra Leona, la tatuada Judy y la abandonada Lucy.
Grayson, originario de Barbados, ha pasado por blanco y ha mantenido en secreto sus orígenes durante su carrera de funcionario, pero dos, en concreto, de las relaciones que entabla en el parque le hacen replantearse su pasado.
En el parque, personajes que de otro modo no se encontrarían, establecen alianzas improbables y se sienten capaces de sacar a la luz varias identidades o, en el caso de Alfred, de empezar a reconstruir una. Tanto el parque como los personajes tienen sus momentos de tristeza invernal, de desaliño y de gloriosa exhibición. Para Alfred y Lucy existe incluso la esperanza de que la lujuria tardía se convierta en amor. Como todas las mejores comedias, las más ricas y veraces, El tango de la hierba verde está llena de un sentido de la fragilidad y la impermanencia humanas.
Y ahí están los perros: fieles compañeros y curiosos testigos de los actos más íntimos de sus dueños.
Beryl Gilroy llegó a Londres hace más de cincuenta años procedente de Guyana. Escribió seis novelas, dos libros autobiográficos y fue una profesora y psicoterapeuta pionera. Lamentablemente, murió en 2000 a los 76 años.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)