Thank You for Giving Me an Interesting Life: A Memoir of a Long, Slow, Loving Journey of Goodbye
Hay una reunión de despedida para Marilynn, rodeada de nuestra familia israelí y amigos trabajadores. Nos preparamos para volver a Estados Unidos, ya que he decidido que no puedo seguir cuidando de Marilynn.
Ha llegado el momento de cuidarla y hemos decidido que Estados Unidos es el mejor lugar, cerca de sus hijos y nietos. Me llevó varios años llegar a esta decisión, y representaba una realidad que ya no podía negar. Era cariñosa y complaciente, pero ya no sabía dónde estaba, ya no era capaz de iniciar conversaciones y empezaba a resistirse a mis cuidados.
Sentí que perdía la paciencia y que estaba a punto de actuar de forma contraria a lo que pensaba de mí misma, enfadándome y respondiendo a sus arrebatos emocionales diciendo o haciendo cosas que me avergonzaban de mis reacciones y confirmaban mi sensación de que ya no podía ser su cuidadora principal.
Cuando terminó la velada, condujimos los 30 minutos que nos separaban de nuestro apartamento. Como de costumbre, ella iba sentada en la parte de atrás del coche mientras yo conducía.
Tras unos minutos de su silencio habitual, dijo en voz alta y clara: «Gracias». Le pregunté por qué me daba las gracias y respondió: «Gracias por darme una vida interesante. Me gusta mi vida.
Soy importante. Me gusta mi vida, soy importante, la gente me quiere». Sin responder a mis preguntas que podrían haberla sacado de sus casillas y haberla ayudado a elaborar lo que sentía.
Y a la mañana siguiente, se había ido.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)