Gone Fishing: Los crímenes sin resolver de Angus Sinclair

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Título original:

Gone Fishing: The Unsolved Crimes of Angus Sinclair

Contenido del libro:

Angus Robertson Sinclair, uno de los peores asesinos que ha visto el Reino Unido, fue condenado por cuatro asesinatos. El primero tuvo lugar en Glasgow, su ciudad natal, en 1961, cuando violó y asesinó a Catherine Reehill, su vecina de siete años, cuando sólo tenía dieciséis. Pero tras pasar sólo seis años en la cárcel, fue puesto en libertad a los veinte años para volver a matar. Las adolescentes Helen Scott y Christine Eadie fueron vistas por última vez en el pub World's End, en la Royal Mile de Edimburgo, en octubre de 1977. A la mañana siguiente, ambas aparecieron asesinadas.

No juntas, sino a pocos kilómetros de distancia en la costa de East Lothian. Ambas habían sido violadas antes de ser asesinadas. La mayor investigación de la historia de la policía escocesa no encontró a su asesino. Varios años después, en 1982, Sinclair fue encarcelado de por vida tras ser acusado y admitir once cargos de violación y atentado al pudor. Sin embargo, veinte años después de esto, cuando Sinclair empezaba a albergar esperanzas de salir en libertad condicional, una revisión de casos sin resolver demostró que se había encontrado ADN de Sinclair en el cuerpo de Mary Gallagher, de 17 años, un asesinato ocurrido en Glasgow en 1978 que hasta entonces no se había resuelto. Estos descubrimientos llevaron a los detectives a examinar la relación entre Sinclair y varios otros casos sin resolver. Los avances científicos situaron a Sinclair y a su cuñado Gordon Hamilton, fallecido en 1996, en el marco de los asesinatos de Helen Scott y Christine Eadie en el pub World's End. En 2007 Sinclair fue juzgado por estos asesinatos, pero la falta de pruebas hizo que el caso se viniera abajo. Sin embargo, tras la modificación de la ley escocesa sobre la doble incriminación, Sinclair volvió a ser juzgado por los asesinatos de World's End en 2014, y esta vez fue declarado culpable. El juez dijo que las palabras "malvado" y "monstruo" no bastaban para describir a Sinclair, y lo condenó a un mínimo de 37 años de prisión por los asesinatos de los dos adolescentes. Esta es la sentencia más larga dictada contra alguien en un tribunal escocés, y aseguró que Sinclair moriría en la cárcel.

Pero hubo más víctimas. Muchas más. Sinclair fue condenado por cuatro asesinatos, pero creemos que asesinó al menos a doce personas, tal vez catorce. Y en este libro, contamos sus historias.