Genio rebelde: La vida transdisciplinar de Warren S. McCulloch en la ciencia

Opiniones de los lectores

El libro intenta explicar la vida y obra de Warren McCulloch, figura significativa de la Cibernética, pero se queda corto a la hora de ofrecer una narración atractiva y una visión detallada de sus aportaciones y el contexto de su trabajo.

Organizado y legible, abarca la vida de McCulloch y proporciona una idea general de su entorno.

Se lee como una tesis doctoral, carece de profundidad en la discusión de las contribuciones específicas de McCulloch y no explora la dinámica con otras figuras clave como Wiener. La narración resulta pedante y deja al lector con más preguntas que respuestas.

(basado en 2 opiniones de lectores)

Título original:

Rebel Genius: Warren S. McCulloch's Transdisciplinary Life in Science

Contenido del libro:

La vida y obra de un científico que pasó su carrera cruzando fronteras disciplinarias: de la neurología experimental a la psiquiatría, pasando por la cibernética y la ingeniería.

Warren S. McCulloch (1898-1969) adoptó muchas identidades en su vida científica: filósofo, poeta, neurólogo, neurofisiólogo, neuropsiquiatra, colaborador, teórico, cibernético, mentor e ingeniero. Era, escribe Tara Abraham en este relato de la vida y obra de McCulloch, "un showman intelectual", y desempeñó este papel a lo largo de toda su carrera. Aunque McCulloch afirmaba que el hilo conductor de su trabajo era el problema de la mente y su relación con el cerebro, era mucho más que eso. En Genio rebelde, Abraham utiliza la vida de McCulloch como ventana a una época científica pasada, mostrando las complejas transformaciones que tuvieron lugar en la ciencia estadounidense del cerebro y la mente en el siglo XX, en particular las que rodearon al movimiento cibernético.

Abraham describe los primeros trabajos de McCulloch en neuropsiquiatría y su incipiente identidad como neurofisiólogo. Explora sus años de transformación en el Instituto Neuropsiquiátrico de Illinois y su trabajo con Walter Pitts, a menudo considerado como la primera iteración de la "inteligencia artificial", pero que aquí se describe como procedente de la nueva tradición de tratamientos matemáticos de problemas biológicos. Abraham sostiene que la doble identidad de McCulloch como neuropsiquiatra y cibernético es inseparable. Utilizó la autoridad que había adquirido en las funciones disciplinarias tradicionales como base para plantear grandes cuestiones sobre el cerebro y la mente como cibernético. Cuando McCulloch se trasladó al Laboratorio de Investigación Electrónica del MIT, las nuevas prácticas de estudio del cerebro, basadas en las matemáticas, la filosofía y la modelización teórica, ampliaron la relevancia y las ramificaciones de su trabajo. El legado transdisciplinar de McCulloch anticipó el actual campo multidisciplinar de la ciencia cognitiva.