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No en vano el padre de Belinda la llamaba "La Generala". Belinda podía reunir y controlar algo más que ejércitos: podía controlar a la gente que la rodeaba.
El padre de Belinda muere y ella se queda con una madre enferma a la que mantener. Pero no se amilana, vende su querida casa y emprende una larga odisea en el servicio doméstico.
Sin duda, nunca hubo una empleada doméstica como Belinda. Ahuyentar a carniceros furiosos cuando no hay dinero para pagarles, ayudar a fugitivos, proteger a esposas abatidas, se convierten en sucesos cotidianos en la vida de Belinda, a través de los cuales su extrema bondad y sentido del humor la llevan al triunfo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)