General Albert C. Wedemeyer: El estratega olvidado de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial

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Título original:

General Albert C. Wedemeyer: America's Unsung Strategist in World War II

Contenido del libro:

Al igual que muchos héroes de la Segunda Guerra Mundial, la carrera del general Albert C. Wedemeyer se ha visto eclipsada en gran medida por figuras tan conocidas como Marshall, Patton, Montgomery y Bradley. El legado de Wedemeyer como principal planificador de la invasión del Día D está hoy casi completamente olvidado, eclipsado por la política y los caprichos de la naturaleza humana.

Sin embargo, durante la preparación de Estados Unidos para la guerra, Wedemeyer fue el principal autor del "Programa de la Victoria" que movilizó los recursos estadounidenses y los dirigió a puntos cruciales para asegurar la victoria sobre el Eje. A finales de la década de 1930 tuvo la experiencia única de ser estudiante de intercambio en la Kriegsakademia alemana, el equivalente nazi de la Escuela de Mando y Estado Mayor de Fort Leavenworth. Al ser el único estadounidense que asistió, fue el único oficial de alto rango en Estados Unidos que reconoció las revolucionarias tácticas de la Blitzkrieg una vez que se desencadenaron, y supo cómo responder.

A medida que se acercaba la participación de Estados Unidos en la conflagración europea, Wedemeyer quedó bajo el ala de George C. Marshall en Washington. Wedemeyer concibió los planes para la movilización estadounidense, que iba a un ritmo mayor de lo que se pensaba en el momento de Pearl Harbor. El Programa para la Victoria, finalizado en el verano de 1941, contenía planes de batalla reales y preveía la concentración de fuerzas en Inglaterra como preparación para una pronta invasión de Francia a través del Canal de la Mancha. Sin embargo, para gran decepción de Wedemeyer (que reflejaba la de Marshall), no fue designado para el mando sobre el terreno en la ETO una vez comenzada la invasión; además, había entrado en conflicto con Winston Churchill debido a la insistencia de este último en hacer hincapié en el teatro mediterráneo en 1943.

Quizás debido a la animadversión de Churchill, Wedemeyer fue trasladado al teatro de Birmania-China, donde un año más tarde sustituiría al general Stilwell. En última instancia, el servicio de Wedemeyer en el teatro asiático fue mucho más significativo, aunque menos conocido. Si la clase política estadounidense hubiera escuchado los consejos de Wedemeyer sobre China durante los años 1943-48, es posible que China no se hubiera perdido a manos de los comunistas y hubiera sido un aliado funcional de Estados Unidos desde el principio, eliminando así la probabilidad de las guerras de Corea y Vietnam.

A pesar de la posición clave de Wedemeyer en el meollo de la historia moderna, sus contribuciones han sido pasadas por alto en la mayoría de los relatos sobre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría posterior. Esta obra nos ofrece una visión íntima de un pensador visionario que ayudó a guiar a los Aliados hacia la victoria en su mayor desafío, pero cuya visión del mundo de posguerra lamentablemente no fue tenida en cuenta.