Gaijin Yokozuna

Opiniones de los lectores

El libro es una biografía convincente de Chad Rowan, también conocido como Akebono, el primer Yokozuna no japonés de la lucha de sumo. Explora su viaje de Hawai a Japón, detallando sus experiencias y los retos a los que se enfrentó como gaijin en el mundo del sumo. El relato es elogiado por su atractiva narración y su detallada visión de la cultura del sumo, la cultura hawaiana y las vidas de otros destacados sumotori hawaianos.

El libro está bien documentado y presenta una visión fascinante de la lucha de sumo, captando los matices de la cultura y el idioma japoneses. Los lectores apreciaron el atractivo estilo de escritura, las historias personales de Akebono y otros luchadores de sumo hawaianos, y el contexto histórico proporcionado. A muchos les costó dejarlo y lo consideraron una valiosa adición a la escasa literatura sobre el sumo.

El uso de frases en «inglés pidgin» puede hacerlo menos accesible a quienes no estén familiarizados con la cultura hawaiana. Algunos críticos señalaron que el libro podría ser mejor apreciado por los lectores con conocimientos previos de la lucha de sumo, lo que podría limitar su atractivo para los recién llegados.

(basado en 12 opiniones de lectores)

Contenido del libro:

A los dieciocho años, Chad Rowan abandonó su hogar en la zona rural de Hawai para trasladarse a Tokio con la visión de convertirse en una estrella del deporte nacional japonés, el sumo. Pero a su llegada le chocaron menos las multitudes de la ciudad y el frío invernal que tener que fregar retretes y responder ante quinceañeros que le habían precedido en la beya de sumo. Rowan no hablaba japonés. De la cultura japonesa sólo sabía lo poco que su padre, antiguo conductor de autobuses turísticos en Hawai, había podido contarle mientras se dirigían al aeropuerto. Y nunca antes había pisado un ring de sumo.

Cinco años más tarde, en un contexto de crecientes tensiones económicas entre Japón y Estados Unidos, Rowan se convirtió en el primer gaijin (no japonés) en alcanzar el máximo rango del sumo, el yokozuna. Su histórico ascenso fue más un logro cultural que deportivo, ya que se espera que los yokozuna encarnen valores japoneses tan preciados como el trabajo duro, la paciencia, la fuerza y el hinkaku, un tipo especial de dignidad que se cree que sólo está al alcance de los japoneses. Fue ascendido por delante de sus dos principales rivales, los hermanos Koji y Masaru Hanada, que se habían criado en la beya de sumo dirigida por su padre, el antiguo gran sumo Takanohana I. Quizás el momento que definió el éxito único del gaijin ocurrió en los Juegos Olímpicos de Nagano de 1998, cuando Rowan, elegido para personificar lo "japonés" ante una de las mayores audiencias televisivas de la historia, realizó un ritual sagrado de sumo en la ceremonia de apertura.

Gaijin Yokozuna narra los acontecimientos que condujeron a esa improbable escena en Nagano y más allá, trazando la vida de Rowan desde su educación en Hawai hasta su ceremonia de retirada en 2001. Por el camino, examina brevemente las carreras de dos sumotori nacidos en Hawai que allanaron el camino a Rowan, Jesse Kuhaulua (Takamiyama) y Salevaa Atisanoe (Konishiki). El autor comparte historias de familiares, entrenadores, amigos, compañeros competidores de sumo y, por supuesto, del propio Rowan, a quien acompañó en tres giras de exhibición por todo Japón. La obra se nutre además de volúmenes de material de fuentes secundarias sobre el sumo, la cultura japonesa y la cultura local de Hawai.