Fundaciones: su poder e influencia - Versión abreviada

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Título original:

Foundations; their Power and Influence - Abridged

Contenido del libro:

Foundations presenta a Estados Unidos en 1950. Una república autosuficiente que se alimentaba de comida barata y nutritiva, respiraba aire limpio, bebía agua buena, fabricaba todo lo que necesitaba, vestía sus propias prendas de lana, algodón y cuero, educaba a sus jóvenes y les ofrecía trabajo, viviendas a precios justos, calles seguras, periódicos y un futuro optimista. Las familias comían juntas tres veces al día, mamá horneaba tartas de manzana, papá trabajaba en casa, los niños jugaban con los amigos del barrio, había días de playa, picnics, barbacoas, herraduras e iglesia los domingos. La nuestra nunca fue una sociedad ideal, pero era agradable y prometedora. ¿Qué fue de esta nación? Foundations ofrece algunas ideas sorprendentes y prácticamente ignoradas.

Cuando los griegos inventaron la ciencia política hace 2.500 años, comprendieron que todo gobierno tiene una facción conservadora que preserva los aspectos del gobierno que han demostrado ser útiles y una facción que aboga por el cambio y aporta ideas para mejorar lo existente. El trabajo conjunto de estas dos fuerzas tiene por objeto permitir que un gobierno se adapte y cambie con el tiempo. Cuando estas facciones ya no pueden trabajar juntas, se produce la revolución. Un período de derramamiento de sangre y penurias da lugar a un gobierno unificador fuerte que dura hasta que surgen dos nuevos partidos.

A principios del siglo XX, la codicia y una legislación fiscal errónea desviaron grandes cantidades de dinero de los ingresos fiscales de la república y lo pusieron en manos de fundaciones incontroladas para el beneficio seguro de unos pocos con visiones quiméricas de beneficios para muchos. Este dinero, ingresos fiscales destinados a beneficiar al pueblo de la república, fue desviado de las arcas de la república a fundaciones. Las fundaciones pronto pasaron a manos de "gestores" socialistas, académicos de las ciencias sociales, que utilizaron su dinero para promover el cambio social en detrimento de la república. Muchos "gestores" estaban bien motivados, pero sus teorías no probadas, apoyadas por los vastos recursos de las fundaciones, destruyeron el equilibrio entre conservación y cambio.

La historia ha demostrado que las teorías de los New Dealers no tuvieron más éxito que el comunismo ruso. A lo largo de los siglos, muchos utópicos han soñado con mejorar la suerte del hombre; con el dinero de las fundaciones y un siglo gastándolo, estas lumbreras han llevado a Occidente al Foro Económico Mundial. Una organización que promueve teorías muy similares al marxismo leninismo.

Nadie ha establecido nunca qué es un buen líder: aristócrata, filósofo, jurista, predicador, general, orador..... Todos han sido probados con alguna alegría y alguna pena. Por primera vez en la historia estamos a punto de experimentar con la posesión de dinero como criterio del buen líder. La posesión de dinero no es la posesión de inteligencia, conocimiento, sabiduría, justicia o moral. La experiencia demuestra que conduce a la arrogancia desmesurada y a la envidia. Lo que el mundo está a punto de presenciar es por qué se teoriza que la riqueza procedente de la herencia, la suerte, la industria o el fraude puede hacer buenos líderes.

La ironía puede ser que los activos de las fundaciones paguen la deuda nacional cuando volvamos a encontrar un gobierno estable.