Puntuación:
El libro ofrece un perspicaz estudio etnográfico de los agentes encargados de hacer cumplir la ley humanitaria, detallando sus experiencias y retos a la hora de enfrentarse al maltrato y abandono de animales. Mientras que algunos lectores lo encontraron atractivo y educativo, otros lo describieron como tedioso.
Ventajas:⬤ Una lectura interesante, especialmente para quienes ejercen profesiones afines.
⬤ Proporciona información valiosa sobre los retos a los que se enfrentan los agentes encargados de hacer cumplir la ley humanitaria.
⬤ Destaca las perspectivas matizadas dentro de la profesión, como las diferentes actitudes hacia el trabajo policial y el bienestar animal.
⬤ Ofrece un análisis académico poco frecuente de las experiencias de los «policías animales».
⬤ Algunos lectores encontraron tediosas algunas partes del libro.
⬤ No todos esperaban claridad en las definiciones legales de maltrato y crueldad; consideran que estos conceptos no están claramente definidos.
⬤ Algunas reseñas indican que, aunque es interesante, puede no ser para todo el mundo.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Brute Force: Animal Police and the Challenge of Cruelty
Fuerza bruta se centra en las personas que más contacto tienen con el maltrato animal cotidiano: los agentes encargados de hacer cumplir las leyes contra la crueldad.
La autora dedicó un año a estudiar a 30 policías y despachadores de animales en dos grandes ciudades. Se ven a sí mismos como un poder para los indefensos, una voz para los mudos.
La experiencia en el trabajo cambia esta visión. En lugar de luchar a brazo partido contra casos atroces de crueldad, se ven desbordados por denuncias ambiguas que hay que estirar para calificar de maltrato legalmente definido, o por quejas - "perros ladradores o mascotas flacas"- que se utilizan en disputas interpersonales para meter en líos a vecinos o cónyuges. Aún más desalentadores para los agentes son los casos claros y extremos de crueldad que no dan lugar a veredictos de culpabilidad ni a penas severas en los tribunales.
El cinismo resultante se agrava cuando los novatos se dan cuenta de que son vistos como aspirantes a policías de segunda categoría o extremistas animalistas de armario. Con poca autoridad legítima para hacer cumplir la ley, los policías de animales se convierten en educadores humanitarios que intentan convertir a la gente en propietarios responsables de animales de compañía.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)