Fuegos artificiales en el cementerio

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Título original:

Fireworks in the Graveyard

Contenido del libro:

En capas, desgarrador y trascendente, éste es el mejor libro de Ladin hasta la fecha. El miedo casi omnipresente -y la aceptación- de la hablante ante la posibilidad de una muerte inminente se ven compensados por su afán de hablar, sus expresiones de amor y la persistente música de los poemas. Y ya se trate de "la serpiente del tiempo", de la curvatura de la eternidad o del "simple y viejo para siempre", estos poemas están repletos de los innumerables sustantivos del mundo, es decir, de la sensación y el tejido concretos de la vida: "Quiero tragarme el océano de más, sí, más".

-Ellen Dor Watson, autora de Dogged Hearts y Pray me stay eager.

Una mirada sáfica a las Pléyades; un pensamiento heracliteano en la I-95; un "ritual para consolar a alguien que sufre una pesadilla" derivado del siddur; un "muerte, shmeth" a lo Woody Allenesco: estos momentos, entre muchos otros, se funden en la improbable armonía triunfal de la nueva colección de Joy Ladin. Triste y extática, terrenal y ardiente, Fireworks in the Graveyard hace honor a su título.

Rachel Hadas, poeta, crítica y autora de Questions in the Vestibule.

Hoy, "El mundo/se hizo más ancho, más cálido, más peligroso, /más densamente cruzado/de vacío". La poetisa Joy Ladin vuelve a plasmar en la página el temperamento de un mundo complicado: interior/exterior: "la vida puede ser todo lo que hay". Aún así, "... ese árbol de ahí está) convirtiendo la luz en azúcar". Sus poemas nos rescatan de la historia mientras leemos.

Hilda Raz, autora de "Todo extraño y espléndido".

La admonición zen de "vivir como si ya estuvieras muerto" está impregnada en cada uno de estos atentos poemas. Empiece por donde quiera. O diríjase a "Equilibrio", una cristalización magistral de lo que sucede cuando la meditación y la poesía lírica se vuelven indistinguibles la una de la otra.

Timothy Liu, autor de Kingdom Come: A Fantasia.