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Bordering Britain: Law, Race and Empire
(B)ordering Britain sostiene que Gran Bretaña es el botín del imperio, su ley de inmigración es violencia colonial y la inmigración irregular es resistencia anticolonial.
Al anunciarse como poscolonial a través de las leyes de inmigración y nacionalidad aprobadas en los años 60, 70 y 80, Gran Bretaña se desvinculó simbólica y físicamente de sus colonias y de la Commonwealth, llevándose consigo lo que había saqueado. Este acto de desaparición imperial arrojó la historia colonial británica a las sombras.
El Imperio Británico, del que los británicos saben poco, se recuerda con cariño como un momento de gloria pasada, como un regalo que se hizo una vez al mundo. Mientras tanto, las leyes de inmigración se justifican sobre la base de que mantienen fuera a las hordas que no lo merecen. De hecho, las leyes de inmigración son actos de incautación y violencia colonial.
Impiden a la inmensa mayoría de las personas racializadas acceder a la riqueza colonial amasada en el curso de la conquista colonial. Independientemente de lo que dicten la ley, los medios de comunicación y el discurso político, las personas con vínculos personales, ancestrales o geográficos con el colonialismo, o las que viven bajo el peso de su legado de raza y racismo, tienen todo el derecho a venir a Gran Bretaña y recuperar lo que es suyo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)