Fortaleza para tiempos difíciles, 2ª edición: Aliento de la Palabra de Dios

Opiniones de los lectores

El libro es una fuente de ánimo e inspiración bíblica, especialmente para quienes atraviesan momentos difíciles. Presenta capítulos breves llenos de escrituras, poemas y testimonios personales que ponen de relieve la fidelidad de Dios.

El libro es conciso y fácil de leer, por lo que resulta adecuado para quienes tienen dificultades para concentrarse. Proporciona un estímulo bíblico sólido e incluye historias personales que resuenan en los lectores. Muchos lo encuentran inspirador y lo recomiendan como regalo para otras personas necesitadas.

Algunos lectores pueden encontrar el libro demasiado corto o falto de profundidad, ya que está diseñado para ser conciso. Es posible que su sencillez no resulte atractiva para quienes busquen discusiones teológicas más extensas.

(basado en 6 opiniones de lectores)

Título original:

Strength for Tough Times, 2nd edition: Encouragement from God's Word

Contenido del libro:

En Estados Unidos han sucedido acontecimientos sorprendentes, y las cosas en las que solíamos confiar ya no parecen ser fiables. ¿Cómo podemos encontrar seguridad, paz y alegría en tales circunstancias? Sólo Dios tiene suficiente amor, poder y fidelidad para ser nuestra defensa, nuestro salvador y nuestro refugio.

Él es la Roca sólida en la que podemos apoyarnos con seguridad (Salmo 62:5-7). Todo lo demás es sólo «arena que se hunde». Promete seguridad por un tiempo, pero tarde o temprano nos falla.

¿Cómo puede el creyente aplicar estos principios bíblicos a la vida cotidiana? Fortaleza para tiempos difíciles contiene lecciones prácticas que fueron aprendidas de la manera más difícil: en el horno de la aflicción. Ahí es donde descubrimos cuánto podemos confiar en Dios.

La autora sabe algo acerca de la aflicción, porque vio morir a su esposo y ella misma es una sobreviviente de cáncer. Puede dar testimonio de que Dios es fiel.

Nos ama y promete que todo lo que suceda a los que le aman les saldrá bien (Romanos 8:28).