Fórmula para resucitar a los muertos y el bautismo de fuego

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Título original:

Formula for Raising the Dead and the Baptism of Fire

Contenido del libro:

2023 Reimpresión de la edición de 1960. Facsímil completo de la edición original y no reproducido con software de reconocimiento óptico.

"Poco se sabe de los antecedentes de Franklin Hall. Su nacimiento y muerte son desconocidos. Como muchos otros en la época de la depresión, Hall creció en la pobreza rural y era profundamente religioso.

Al principio pertenecía a la Iglesia Metodista, pero su postura contraria a la sanación le obligó a cambiar de religión.

Durante la depresión y la Segunda Guerra Mundial viajó como evangelista independiente. Cuando estalló el renacimiento después de la Segunda Guerra Mundial, Hall estaba allí.

Aportó al avivamiento una doctrina distintiva que, aunque no le enriqueció, tuvo un impacto fenomenal. Franklin Hall nunca atrajo a muchos seguidores. Se consideraba a sí mismo un maestro más que un evangelista sanador.

Trabajó en combinación con una serie de predicadores, entre ellos "Little David" Walker, el más famoso de los primeros niños evangelistas. Aislado por una doctrina un tanto desviada y con menos talento como predicador que muchos de sus competidores, Franklin Hall aguantó hasta los años cincuenta con la misma tenacidad que le había ayudado a sobrevivir durante la depresión. En pequeñas iglesias y auditorios de todo el país siguió enseñando con fervor su mensaje de oración, ayuno y sanación.

Cuando llegaron tiempos difíciles para el avivamiento a finales de la década de 1950, no fue nada nuevo para Franklin Hall. Tenía instinto de supervivencia.

Decenas como él vagaban por el campo. A diferencia de otros sanadores, Hall hacía hincapié en la enseñanza. Sus puntos de vista extremistas en el ámbito del ayuno y la curación eran considerados inaceptables por muchos evangelistas.

Atribuye la desaparición del avivamiento de la década de 1950 a la falta de ayuno y a que los líderes se dedicaban a la sanación espiritual.

En el ámbito de la sanación, se aferró a una "salvación sentida por el cuerpo". En consecuencia, el fuego del Espíritu Santo, si se aplicaba plenamente a una persona (lo que llevaría unos treinta días), eliminaría la posibilidad de enfermedad, cansancio e incluso olor corporal. Estos extremos y la disciplina que conllevaban limitaron seriamente su número de seguidores.

Hall escribió varios libros, entre ellos El ayuno glorificado (1961), La oración de ayuno(1947), La salvación sentida por el cuerpo (1968), Fórmula para resucitar a los muertos (1960) y Nuestra obligación de curación divina..." Citado de https: //www.revival-library.org/revival_heroes/20th_century/hall_franklin. shtml.