Encouraging Encounters
Durante muchas décadas, el cuidado pastoral se ha descrito meramente en términos de terminología psicológica. Aunque es muy útil, el cuidado de otras personas implica algo más que técnicas de asesoramiento y habilidades de escucha que tratan sobre todo de la dimensión afectiva y cognitiva de nuestro ser humano. La dinámica familiar, intergeneracional, social y relacional implica algo más que conversar, hablar y verbalizar. Lo que está en juego es la calidad de las relaciones y la fiabilidad, legitimidad y autenticidad de los encuentros humanos.
Se argumenta que los encuentros humanos deben estar guiados por la justicia, la sensibilidad ética y un ethos de compasión por el otro. Implica una nueva comprensión del tiempo como presente en el modo de nutrir, perdonar, reconciliar y abrazar incondicionalmente incluso al otro como oponente que se resiste. Para establecer la confianza mutua, el tiempo en las cuestiones relacionales implica compartir, coexistir y llegar a la herida del otro más allá de las presuposiciones sociales y los prejuicios estigmatizadores.
En este sentido, favorecer los encuentros podría considerarse un eslabón indispensable en la reflexión teórica y paradigmática sobre el verdadero diálogo como rasgo esencial de la pastoral.
Contribuye a los discursos académicos en la disciplina de la pastoral clínica, así como al ministerio pastoral. Su objetivo es fomentar la esperanza, el consuelo, la curación y el valor resiliente de recuperarse a pesar de los dolorosos reveses de la vida. Para captar el argumento central de los encuentros alentadores, podemos recurrir a las palabras de Thomas Mann en su novela José y sus hermanos:
"La esencia de la vida es la presencia".
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)