Flying Scotsman: La locomotora de vapor más famosa del mundo

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Título original:

Flying Scotsman: The Worlds Most Famous Steam Locomotive

Contenido del libro:

La 1472 fue la tercera de una clase de locomotoras de vapor que llegó a contar con 79 máquinas y que originalmente ni siquiera llevaba nombre. Sin embargo, la Great Northern Railway A1 4-6-2 fue la mayor locomotora exprés de vapor que se había visto en Gran Bretaña en aquella época.

Fue elegida para ser exhibida en una gran exposición en Wembley en 1924, y por ello recibió el nombre de Flying Scotsman. En 1928 fue la primera locomotora de la línea ferroviaria London & North Eastern que realizó el trayecto sin escalas entre King's Cross y Edimburgo. Fue la primera máquina de vapor del mundo en superar oficialmente la barrera de las 100 mph.

El Flying Scotsman se ha convertido en la única máquina de vapor del mundo de la que todo el mundo conoce el nombre, y que la mayoría de la gente incluso reconocería. Durante un tiempo fue la única máquina de vapor de línea principal que circulaba por toda Gran Bretaña y ha cruzado el Atlántico y América. Ha dado la vuelta al mundo, ha atravesado Australia, ha batido el récord de viajes a vapor sin paradas (otra vez) y se ha vendido por el precio más alto jamás pagado por una máquina de vapor.

En 2004, sus 40 años de fama le valieron finalmente un lugar en la colección del Museo Nacional del Ferrocarril y, tras una campaña de recaudación de fondos sin precedentes y una subvención del Fondo Conmemorativo del Patrimonio Nacional, el museo pudo saldar las enormes deudas de la empresa propietaria de la locomotora por aquel entonces y adquirir la Flying Scotsman para la nación, y para un público británico que claramente tiene en gran estima a las locomotoras. Si no hubiera adquirido fama, en gran parte gracias a su nombre, en las décadas de 1920 y 1930, quizá Alan Pegler no habría tenido el entusiasmo de comprarla en 1963. Si se hubiera desguazado, ¿qué habría sido entonces de la máquina de vapor más famosa de Gran Bretaña? Y ahora ha vuelto.

Nadie esperaba que le costara diez años de trabajo, pero el Museo Nacional del Ferrocarril tiene por fin una locomotora de la que sentirse orgulloso. Este libro cuenta la historia de la leyenda del Flying Scotsman, el no va más de la elegancia en el diseño de los expresos de vapor británicos.