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Final Flight Final Fight cuenta la inspiradora historia de la campaña de Erin Miller para honrar a su abuela, una piloto de las Fuerzas Aéreas (WASP), consiguiendo su entierro en el Cementerio Nacional de Arlington. El libro combina la narración personal, el contexto histórico y un relato de los obstáculos legislativos a los que se enfrentaron las WASP, recogiendo sus contribuciones durante la Segunda Guerra Mundial y la persistente lucha por su reconocimiento.
Ventajas:El libro está bien escrito, es atractivo y combina relatos personales con una narración histórica sobre las WASP. Los lectores aprecian el minucioso detalle del proceso legislativo y la profundidad emocional de la relación de Erin con su abuela. Muchos lo encontraron inspirador, educativo y una lectura convincente que arroja luz sobre una parte de la historia que a menudo se pasa por alto.
Desventajas:Algunos lectores opinaron que el libro era un poco repetitivo y demasiado detallado a veces, lo que podía restarle fluidez al conjunto. Algunos comentarios indican que puede ser una lectura emocionalmente dura, sobre todo para quienes han perdido a seres queridos.
(basado en 43 opiniones de lectores)
Final Flight Final Fight: My grandmother, the WASP, and Arlington National Cemetery
Cuando el Cementerio Nacional de Arlington se negó a aceptar la última petición de mi abuela para que la enterraran allí, me negué a dejar que su legado como veterana muriera junto con ella.
Mi abuela, Elaine Danforth Harmon, voló como piloto con las Women Airforce Service Pilots (WASP) de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de formar parte del primer grupo de mujeres que volaron para el ejército de Estados Unidos, las WASP siguieron sin ser reconocidas oficialmente como miembros del ejército debido a las ideas discriminatorias sobre el género en el Capitolio y más allá. ¿Mujeres pilotando aviones? Demasiado progresista para la época de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando era joven, pensaba en los viajes de mi abuela para aceptar premios, o para visitar la Casa Blanca, o para dar conferencias sobre su tiempo en el servicio, como su hobby. Sabía lo que ella había hecho y sabía que en los años setenta habían presionado al Congreso para conseguir el estatus de veteranos que se les había negado durante la guerra. A partir de ese momento, mi abuela compartió su historia de servicio con las WASP durante la Segunda Guerra Mundial con cualquiera que quisiera escucharla.
Pero no fue hasta después de su muerte cuando comprendí plenamente por qué había pasado tantos años hablando de su servicio en las WASP. La última voluntad de mi abuela fue ser enterrada en el Cementerio Nacional de Arlington. Nuestra familia se sorprendió cuando el Ejército de los Estados Unidos, que gestionaba el cementerio, negó que las WASP, y por tanto mi abuela, reunieran los requisitos para ser enterradas en el cementerio.
El Ejército dijo 'no' a la familia equivocada.
Dirigí la campaña de nuestra familia en nombre de mi abuela y de todas las mujeres WASP a través de las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales y el Capitolio para luchar por su reconocimiento en uno de los cementerios más conocidos del país. La última lucha de mi abuela llegó después de su último vuelo, pero tuve el honor de seguir sus pasos para asegurarme de que su legado no cayera en el olvido.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)