Filipenses

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Título original:

Philippians

Contenido del libro:

En este comentario accesible y erudito, la respetada estudiosa del Nuevo Testamento Linda Belleville muestra cómo la carta de Pablo a los filipenses ofrece una oportunidad única para ver las similitudes entre la cultura de su época y la nuestra y comprender no sólo lo que se necesita para desenvolverse en una sociedad hostil, sino también para ser audaces a la hora de compartir la única esperanza para nuestro mundo global. El valor que Pablo daba a una herencia y a unos logros que superaban a los de sus coetáneos es ahora mera basura comparado con conocer a Cristo y la ciudadanía eterna en el cielo.

Filipenses fue escrito mientras Pablo estaba encarcelado en los cuarteles imperiales, esperando el resultado de un juicio a vida o muerte. Su iglesia más querida se enfrentaba a fuertes adversarios en el exterior y a divisiones egoístas en el interior. Los enemigos de Pablo aprovechaban su ausencia forzada para atizar el miedo y la división.

La estrategia de Pablo consiste en recordar a la iglesia los motivos para alegrarse y dejar de lado las egoístas diferencias de opinión. Hay muchos motivos para alegrarse porque, a pesar del encarcelamiento, el Evangelio había llegado a toda la guardia imperial y envalentonado a los cristianos de todo el mundo para proclamar audazmente a Cristo.

Para ayudarles a rechazar actitudes egoístas, Pablo les recuerda su propia abnegación. Aunque Pablo consideraba que un veredicto de muerte era la ganancia personal de la unión con Cristo, un veredicto de vida es la ganancia de los filipenses.

El ministerio de Pablo de predicar a Cristo continuará y su ejemplo de terminar la carrera terrenal con integridad y alegría seguirá adelante. Sin embargo, incluso en su ausencia, su mejor ejemplo es el propio Cristo, que, mientras disfrutaba de sus riquezas celestiales, asumió voluntariamente la condición humana con su dolor, sufrimiento y muerte para que ellos pudieran obtener sus propias riquezas celestiales.