Extraer carbón y socavar el género: Ritmos de trabajo y familia en el Oeste americano

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Título original:

Mining Coal and Undermining Gender: Rhythms of Work and Family in the American West

Contenido del libro:

Ganador del Premio al Libro Distinguido 2018 de la Asociación de Ciencias Sociales del Oeste.

Aunque la minería es una industria infamemente masculina, las mujeres representan el 20 por ciento de todas las cuadrillas de producción en la cuenca del río Powder de Wyoming, la mayor región productora de carbón de Estados Unidos. ¿Cómo encajan estas mujeres en una cultura laboral supuestamente hostil a las féminas? Esto es lo que se propuso descubrir la antropóloga Jessica Smith Rolston, antigua trabajadora minera e hija de minero. Sus respuestas, basadas en años de observación participante en cuatro minas y en extensas entrevistas con mineros, directivos, ingenieros y familiares de empleados de las minas, ofrecen una visión rica y sorprendente de las "familias" laborales que construyen los mineros. En este panorama, los roles de género no son tan sencillos ni tan estrictos como sugieren los estereotipos.

El género dista mucho de ser la principal preocupación de los compañeros en las tripulaciones. Mucho más importante, según Rolston, es proteger la seguridad de toda la tripulación y encontrar la manera de tratarse bien a pesar de las tensiones de su trabajo. Estos mineros comparten la carga del trabajo en turnos rotativos -cambiando continuamente entre turnos diurnos y nocturnos de doce horas-, lo que les priva de los ritmos diarios de un hogar típico, desde los desayunos matutinos hasta los cuentos antes de acostarse. Rolston identifica la respuesta de los mineros a estos retos compartidos como un nuevo tipo de parentesco construido que desafía y reproduce los roles de género en sus vidas laborales y familiares cotidianas.

Las expectativas de las cuadrillas de que los compañeros se traten como familia y adopten una ética de trabajo "agrícola" tienden a minimizar las diferencias de género. Y, sin embargo, estas diferencias siguen siendo tenaces en la ecuación de la masculinidad con la pericia técnica, y de la feminidad con las responsabilidades domésticas. Para Rolston, estas desigualdades persistentes ponen de relieve la importancia de las limitaciones estructurales que se oponen al impulso común de hombres y mujeres de neutralizar la importancia del género, en el hogar y en el lugar de trabajo.

En un momento en que la región de los Apalaches sigue dominando el debate sobre la cultura minera, este libro ofrece una visión muy diferente e inesperada: cómo viven y trabajan juntos los mineros, y cómo sus vidas y su trabajo reconfiguran las ideas de género y parentesco.