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Overdoing Democracy: Why We Must Put Politics in Its Place
Vivimos en una época de polarización política. A medida que las creencias políticas de izquierda y derecha se han ido acercando a los extremos, también lo han hecho nuestros entornos sociales: rara vez interactuamos con aquellos con los que no coincidimos. Para empeorar las cosas, las empresas, los productos y los equipos, por ejemplo, se dirigen a nosotros basándose en nuestras arraigadas y polarizadas creencias. Nuestra elección de Starbucks o Dunkin' Donuts, Costco o Sam's Club, fútbol o fútbol americano, New York Times frente a Wall Street Journal es una expresión de nuestras creencias y un refuerzo de nuestra elección de permanecer dentro de los confines de nuestra comunidad política autoseleccionada, lo que nos polariza aún más. Dejando que se extienda a estas elecciones en cada rincón de nuestras vidas, llevamos la democracia demasiado lejos y acaba separándonos. Exageramos la democracia.
Cuando exageramos la democracia, permitimos que socave y desplace muchos de los bienes sociales más importantes que la democracia debe proporcionar. Es más, al exagerar la democracia, echamos a perder ciertos bienes sociales que la democracia necesita para florecer. Una democracia próspera necesita que los ciudadanos reserven espacio en su vida social para actividades colectivas que no estén estructuradas por lealtades políticas. Para garantizar la salud y el futuro de la democracia, necesitamos forjar amistades cívicas trabajando juntos en contextos sociales en los que las afiliaciones políticas y las lealtades partidistas no sólo se supriman, sino que sean totalmente irrelevantes.
Basándose en su extensa investigación, Talisse arroja luz sobre lo profundamente arraigada que se ha vuelto nuestra polarización política y nos abre los ojos sobre la frecuencia con que permitimos que la política dicte la forma en que vemos casi todo. Al limitar nuestras interacciones con los demás y nuestra experiencia del mundo de modo que sólo nos encontremos con los políticamente afines, en realidad estamos dañando lo que la democracia pretende preservar en primer lugar: el bien más fundamental de reconocer y respetar a los demás como iguales.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)