Estado esclavista: Relectura de 1984 de Orwell

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Título original:

Slave State: Rereading Orwell's 1984

Contenido del libro:

David Lowenthal traslada la sociedad actual a la de la novela 1984 e ilustra "cómo la búsqueda de una sociedad perfecta condujo en su lugar a lo peor: a la revuelta contra la que se establecen los verdaderos fines de la vida". Es más que una sospecha: el año 2021 es 1984. Lo que muchos entienden por instinto, Lowenthal lo articula aquí en términos claros utilizando la profecía política de esta literatura ya no futurista. ¿Ser uno sin verdadera unidad? Esta es la imagen de la hermandad humana que da paso a lo único peor que la desigualdad: la esclavitud.

No hay ningún mensaje político positivo en 1984, argumenta Lowenthal, pero sí hay un mensaje moral positivo que casi siempre es pasado por alto por los comentaristas. "A través del movimiento de la novela, Orwell intenta imprimir en las pasiones, los corazones y las mentes de sus lectores las lecciones más valiosas sobre la forma correcta e incorrecta de vivir. Con el declive de la influencia del cristianismo en la formación del sentido moral de Occidente y el aumento concomitante del ansia de poder, empuñando instrumentos nacidos de la ilustración moderna, lo que más necesitaba la humanidad era una guía moral, transmitida no de forma abstracta, a través de la filosofía, sino de tal manera que agarrara el alma entera".

Pero, ¿se puede confiar en Orwell como guía de la bondad de la naturaleza humana? Lowenthal dice que sí, y mucho más. Nos ofrece un esbozo del proceso intelectual que obliga a Orwell a superar en última instancia el marxismo, su detección y rechazo de los regímenes totalitarios (sobre todo en comunismo), y de qué manera los principios del liberalismo de su época recibieron etiquetas de advertencia por parte de un escritor que no era un filósofo político formalmente educado. Impregnada de relativismo, cualquier corriente de pensamiento que no reconozca los fines propios del hombre será borrada por el próximo amo de las masas. Lowenthal se hace eco de Orwell cuando dice: "hemos abandonado la inculcación de la buena ciudadanía, los ideales más elevados y el sentido de la valía personal en las escuelas, fomentando en su lugar una 'individualidad' conformista de bajo nivel y sin rumbo a la espera de ser encauzada y dirigida". Dadas estas condiciones, ¿podemos estar seguros de que hemos dejado muy atrás las condiciones de los horrores de 1984 como mera ficción? ".

Orwell y Lowenthal son colaboradores improbables, a menos que uno perciba lo mucho que se parecen en sus exhortaciones al prójimo. El tenor firme de sus duras advertencias es posible gracias a una confianza empapada de esperanza que, con total sobriedad, siente repulsión por todo lo que amenace la libertad y la dignidad humanas. Este libro es de lectura obligatoria para cualquiera que crea en el retorno del socialismo. De hecho, cualquier recién licenciado universitario debería ser interrogado por Lowenthal antes de entrar en el mundo real.