Esclavitud y silencio: América Latina y el debate esclavista en Estados Unidos

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Título original:

Slavery and Silence: Latin America and the U.S. Slave Debate

Contenido del libro:

En los treinta y cinco años anteriores a la Guerra Civil, a los estadounidenses ajenos al mundo de la política les resultaba cada vez más difícil mantener conversaciones francas y abiertas sobre la institución de la esclavitud, ya que el sectarismo divisorio y la acalorada retórica ideológica circunscribían el debate público. Hablar de la esclavitud era explorar -o negar- sus evidentes defectos, su inhumanidad, sus contradicciones. Celebrarla exigía explicar la proclamada creencia de la nación en la igualdad y su promesa pública de derechos para todos, mientras que condenarla era insultar a personas que podían estar relacionadas por lazos de sangre, amistad o negocios, y quizás incluso amenazar la propia economía y estabilidad política de la nación.

Por esta razón, argumenta Paul D. Naish, los estadounidenses trasladaron a América Latina sus críticas más provocadoras y sus temores más oscuros sobre la institución. Naish refuerza este argumento aparentemente contraintuitivo centrándose en ámbitos de expresión pública que han recibido escasa atención en estudios anteriores sobre esta época. En las novelas, los diarios, la correspondencia y los escritos científicos, sostiene, se silenció el calor y la bravuconería de la arena política, y los debates sobre la esclavitud escenificados en estos lugares a menudo dirigieron su atención al sur del Río Grande.

A la vez familiares y extranjeras, Cuba, Brasil, Haití y las repúblicas independientes de Hispanoamérica proporcionaron paisajes retóricos sobre los que los ciudadanos de a pie podían hablar, mediante comparaciones directas o metáforas implícitas, de lo que de otro modo sería imposible decir cuando se hablara de la esclavitud en casa. En una época de ominosas fracturas sectarias, estadounidenses de muchas tendencias -norteños y sureños, whigs y demócratas, eruditos seguros en sus bibliotecas y colonos vulnerables en la frontera mexicana- encontraron unidad en su desprecio hacia Latinoamérica. Este desplazamiento de la ansiedad contribuyó a crear un sentimiento superficial de nacionalismo, mientras el país se encaminaba hacia la desunión más violenta, políticamente cargada y con mayores consecuencias.