Puntuación:
El libro es un recurso especializado que se centra en el combate escénico en las obras de Shakespeare, ofreciendo ideas para teatros comunitarios, directores, actores y directores de lucha. Aunque ofrece análisis exhaustivos y comentarios amenos sobre las obras que cubre, se limita al volumen uno de una serie de dos volúmenes, por lo que faltan algunas obras clave y puede llevar a la decepción en cuanto a su exhaustividad.
Ventajas:⬤ Ideal para teatros comunitarios, profesores de inglés y aficionados al teatro.
⬤ Se centra en el aspecto a menudo olvidado de la dirección de lucha en las producciones de Shakespeare.
⬤ Organizado para una fácil referencia, permitiendo un rápido acceso a escenas específicas.
⬤ La investigación minuciosa y los comentarios informativos lo hacen entretenido y accesible.
⬤ Proporciona valiosas ideas para analizar la violencia en los textos de Shakespeare.
⬤ La escritura ilustrada y atractiva lo convierte en una lectura divertida.
⬤ Altamente recomendado por profesionales del teatro y la dirección de lucha.
⬤ Sólo cubre algunas obras, faltan obras importantes como 'Romeo y Julieta' y 'Otelo'.
⬤ Se menciona como Volumen Uno, lo que indica que es necesario un segundo volumen para completarlo, lo que podría acarrear costes adicionales y expectativas no resueltas.
⬤ Posible decepción para los lectores que esperen un análisis exhaustivo de todas las obras.
(basado en 14 opiniones de lectores)
Staging Shakespeare's Violence: My Cue to Fight: Domestic Fury
My Cue to Fight es el primer libro de este tipo que ofrece un examen en profundidad de cómo el mayor dramaturgo de la lengua inglesa empleó no sólo la brutalidad psicológica sino también la violencia física a lo largo de sus obras. Escrito idealmente para directores de escena teatrales, directores de lucha, asesores de intimidad y actores como un desglose técnico escena por escena de la escenificación del combate durante la producción de estas obras, esta publicación es también para los entusiastas de Shakespeare que quieran aprender más sobre la sangre, el sudor y las vísceras que se esconden justo debajo de la poesía.
Un escritor utiliza la violencia, como la canción o el baile, en momentos en los que la historia requiere algo más que palabras. Pero la forma en que se escenifica la violencia tiende a descuidarse o a ser totalmente gratuita, lo que sirve para separar al público de la historia y acabar con toda la empresa. La respuesta está en abordar la violencia del mismo modo que abordamos la escenografía.
Las obras de William Shakespeare pretenden implicar al público con la sangre, las lágrimas, el sudor y las vísceras de los personajes.
Estas obras no son poemas floridos destinados a ser murmurados en un aula, ni declamados histriónicamente con disfraces de volantes. La "violación" y la "furia asesina" no tienen nada de ligeras y esponjosas, ni "trinchar" a alguien como un plato digno de los dioses, ni luchar hasta que a uno le "corten la carne" de los huesos.
La ambigüedad y, a veces, la ausencia total de indicaciones escénicas complican aún más las cosas. Los textos modernos suelen tener indicaciones claras cuando hay violencia en la acción, pero los guiones teatrales eran muy diferentes hace cuatro siglos. Tales indicaciones eran raras e incoherentes en las ediciones isabelinas y jacobinas.
La violencia potencial que examinaremos no es apropiada para todas las producciones o compañeros de escena. Estamos aquí para cuestionar e inspirar más que para ofrecer soluciones generales. Actores, directores, directores de lucha y asesores de intimidad deben trabajar juntos para encontrar la manera más eficaz de que su producción comunique al público la historia del dramaturgo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)