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Between the Meadows: The Archaeology of Edercloon on the N4 Dromod-Roosky Bypass
La ciénaga de Edercloon, Co. Longford, llamó por primera vez la atención de los arqueólogos en 1964, cuando un granjero local descubrió un hacha de piedra prehistórica que conservaba parte de su mango de madera original. Cuarenta y dos años más tarde, durante las excavaciones de prueba previas a la construcción de la carretera de circunvalación N4 Dromod-Roosky, la turba conservante de Edercloon reveló otros secretos antiguos en forma de una amplia red de senderos de madera y numerosos artefactos. Se trata de uno de los complejos arqueológicos más notables jamás excavados en los humedales de Irlanda.
Las pruebas de la actividad humana en Edercloon se remontan a hace casi 6.000 años, cuando se trazó la primera senda estrecha de ramas y ramitas sobre la superficie húmeda de la ciénaga. Esta práctica continuaría durante cuatro milenios, a medida que se construían nuevas estructuras y se depositaban entre ellas fragmentos de ruedas, lanzas y vasijas.
La historia de Edercloon no se limita a los yacimientos y objetos sumergidos en la turba. Las cenizas volcánicas, el polen antiguo, los organismos microscópicos, las acumulaciones profundas de turba, las alas de escarabajos y la madera de las propias huellas han sido objeto de estudios paleoambientales.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)