Entre Irak y un lugar difícil

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Título original:

Between Iraq and a Hard Place

Contenido del libro:

El 2 de agosto de 1990, Saddam Hussein lanzó una invasión de Kuwait que saqueó el país, mató a decenas de inocentes y destruyó la infraestructura petrolera del país. Finalmente, una coalición aliada logró hacer retroceder a las fuerzas de Saddam y liberar Kuwait. Pero, ¿cuánta gente conoce realmente los acontecimientos que tuvieron lugar en Irak el año anterior a la invasión desde dentro del partido gobernante? Trabajé como contratista civil durante casi un año directamente para el Consejo de Mando Revolucionario, dirigiendo un equipo de técnicos occidentales para modernizar la banca del país. El día de la invasión de Kuwait, yo, junto con otros cientos de personas, fuimos tomados como rehenes en garantía por el gobierno iraquí. Temiendo mi propia muerte, así como la de mis colegas inmediatos, dirigí una huida a través de dos desiertos cinco días después hasta ponerme a salvo en Jordania. No tenía formación militar previa; sólo la pura voluntad de no perecer por culpa del gobierno estadounidense ni perder la vida por unos jefes corporativos que no intervinieron en modo alguno para ayudarnos. Esta es la historia de lo que vi en el año anterior a Escudo del Desierto y de lo que nunca oyeron ni leyeron, así como de los acontecimientos que siguieron a la conclusión de Tormenta del Desierto.

Cómo era la vida de un pueblo entonces amante de la paz, el régimen y su funcionamiento, las traiciones, la "Superpistola", Uday Hussein, el gaseamiento de los kurdos en Halabja, las armas de destrucción masiva y la destrucción de este arsenal por el ejército estadounidense que causó el síndrome de la Guerra del Golfo, y las secuelas en nuestras tropas que el gobierno estadounidense negó durante años y años. Miles de personas y sus descendientes sufren hoy estas consecuencias y las sufrirán durante generaciones. Nunca volví a Irak, pero poco después de la Tormenta del Desierto fui a realizar una misión similar en el Reino de Arabia Saudí mientras los pozos de petróleo seguían ardiendo en el desierto. Allí también estuve "dentro" del funcionamiento del gobierno, del intento de recuperar el oro robado, de la corrupción de la familia gobernante, de la hipocresía del país y de la difícil situación del pueblo palestino que trabajaba y vivía en el reino por apoyar a Iraq en su guerra contra los aliados. Aunque he esperado un cuarto de siglo para publicar este libro por miedo a represalias por el material que contiene, espero que esta historia arroje luz sobre una guerra y la destrucción de una nación y su pueblo que en realidad no tenían por qué haberse librado. Todavía estoy traumatizado mental y físicamente por la experiencia y probablemente lo estaré durante el resto de mi vida. Créanme, es mucho más fácil hacerlo en el cine, ¡y se paga mucho mejor!

Pero también me enseñó una valiosa lección de vida: si crees que el tiempo cura todas las heridas, no es así. ¡Por eso llaman cicatriz a una cicatriz!