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Fraternal Enemies - Israel and the Gulf Monarchies
Las relaciones entre Israel y los Estados del Golfo no son nada nuevo.
Inmediatamente después de los Acuerdos de Oslo de 1993, tanto Qatar como Omán establecieron relaciones diplomáticas de bajo nivel, aunque abiertas, con Israel. En 2010, Ha'aretz informó de que la ex ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, mantenía relaciones amistosas con Shaykh Abdullah Ibn Zayed, su homólogo de los EAU, a pesar de la ausencia de lazos diplomáticos formales entre ambos Estados.
La sospecha compartida hacia los designios regionales de Irán que sin duda sustentaba estos lazos se extendió incluso, según se dijo, a un diálogo secreto entre Israel y Arabia Saudí, dirigido por el difunto Meir Dagan, antiguo jefe del Mossad. La cooperación entre Israel y Arabia Saudí para frustrar las ambiciones regionales de Irán también arroja luz sobre la falta de liderazgo estratégico de Washington, que anteriormente había sido el tótem en torno al cual Israel y los Estados del Golfo habían basado las estrategias de seguridad regional. Jones y Guzansky sostienen que, como mínimo, los lazos entre Israel y muchos de sus homólogos del Golfo son ahora más vibrantes de lo que se creía hasta ahora.
Constituyen un régimen de seguridad tácito que, aunque basado en intereses de poder duro, no excluye la competencia en otros ámbitos. En última instancia, estas relaciones están contribuyendo a configurar un nuevo orden regional en Oriente Medio.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)