Enduring Liberalism: El pensamiento político estadounidense desde los años sesenta

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Título original:

Enduring Liberalism: American Political Thought Since the 1960s

Contenido del libro:

¿Se ha vuelto Estados Unidos más pluribus que unum? En cuanto a las creencias políticas de la nación, Robert Booth Fowler responde tanto que sí como que no. Mientras que su estudio afirma una diversidad significativa entre un cuadro de élite de intelectuales públicos, la niega enérgicamente en un público general que se adhiere colectivamente al mismo conjunto de valores liberales fundamentales.

Enduring Liberalism persigue dos objetivos. En primer lugar, explora el pensamiento político de los intelectuales públicos y del público en general desde la década de 1960. En segundo lugar, evalúa las interpretaciones contemporáneas y clásicas del pensamiento político estadounidense a la luz de los resultados del estudio.

Fowler interpreta los escritos de intelectuales públicos como Robert Bellah, Jean Bethke Elshtain, Michael Walzer, William Bennett, Seymour Martin Lipset, William Galston y otros, así como los datos de encuestas sobre las actitudes políticas estadounidenses, para poner de relieve esta división, a menudo ignorada, entre los ciudadanos y los comentaristas de alto nivel, cuyos polémicos debates se supone erróneamente que reflejan las desavenencias en todo el país.

El argumento de Fowler es directo, pero la interpretación es controvertida. Relata cómo la opinión liberal consensuada en el pensamiento político estadounidense posterior a la Segunda Guerra Mundial se derrumbó entre los intelectuales públicos durante el tumulto de la década de 1960 y sigue así hasta nuestros días. Su libro examina la diversidad resultante entre los intelectuales públicos contemporáneos, centrándose en tres temas predominantes: la preocupación por la comunidad, la preocupación por el medio ambiente y el interés por la sociedad civil. En marcado contraste con estos polémicos comentaristas, Fowler encuentra que el ámbito de la opinión popular se caracteriza por un consenso mucho mayor. De hecho, parece haber una tendencia hacia una aceptación aún más general de los valores liberales que caracterizan nuestras actitudes hacia el individuo, la libertad individual, la igualdad política, la oportunidad económica y el consentimiento de los gobernados. Los valores liberales -sobre todo la celebración del individuo y los derechos individuales- han revolucionado los llamados ámbitos privados de la vida, como la familia y las comunidades religiosas, hasta un punto inimaginable en la década de 1950.

A partir de estas conclusiones, Fowler demuestra que la mayoría de las interpretaciones del pensamiento político estadounidense han exagerado el alcance del conflicto y la diversidad en las a menudo estridentes disputas políticas de nuestra nación. Pero también nos advierte de que no exageremos los valores liberales ampliamente compartidos por el público y, al hacerlo, perdamos oportunidades de facilitar la resolución de problemas o de reconocer las formas en que nuestros esfuerzos de reforma pueden verse limitados.