Puntuación:
El libro se centra en el concepto de entrega en la vida espiritual, detallando su importancia como tema unificador de diversas prácticas de fe. Analiza tres dimensiones de la entrega: la aceptación pasiva de la voluntad de Dios, la búsqueda activa de la misma y una unión más profunda con Dios, animando a los lectores a confiar en el gran plan de Dios a pesar de los desafíos de la vida. Enfatiza la transformación personal a través de la oración y la obediencia, ofreciendo profundas ideas espirituales a la vez que las hace prácticas para la vida diaria.
Ventajas:El libro está bien escrito, es fácil de leer y se dirige directamente al lector. Ofrece profundas ideas espirituales, aplicaciones prácticas para la vida y fomenta una sólida relación con Dios. Muchos lectores lo consideran transformador, pues les proporciona paz y claridad para comprender la voluntad de Dios. Se recomienda por su enfoque sucinto de temas espirituales complejos, y las reflexiones personales del autor resuenan en los lectores.
Desventajas:Aunque el libro es breve, algunos lectores consideraron que requiere una contemplación cuidadosa y no es una lectura rápida. Los conceptos, aunque presentados de forma sencilla, son profundos y pueden requerir una ardua reflexión. Algunos lectores necesitarán leerlo varias veces para comprender su significado. Se mencionan posibles desafíos emocionales cuando se afrontan las realidades de la entrega y la confianza en Dios.
(basado en 102 opiniones de lectores)
Into Your Hands, Father: Abandoning Ourselves to the God Who Loves Us
En la vida espiritual, necesitamos una idea central: algo tan básico y completo que abarque todo lo demás.
Según el padre carmelita Wilfrid Stinissen, la entrega a Dios, el abandono en Aquel que nos ama por completo, es esa realidad central. La vida de Jesús nos muestra la centralidad del abandono, pues es verdaderamente el principio y el fin de su misión en la tierra.
En este libro sencillo pero profundo, el padre Stinissen distingue tres grados o etapas en el abandono. La primera etapa consiste en aceptar y asentir a la voluntad de Dios tal como se manifiesta en todas las circunstancias de la vida. La segunda consiste en cumplir activamente la voluntad de Dios en cada momento de la vida.
En la tercera etapa, el abandono en Dios es tan completo que uno se ha convertido en un instrumento en manos de Dios. En esta etapa ya no soy yo quien hace la voluntad de Dios, sino que es Dios quien cumple su voluntad a través de mí.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)