Puntuación:
El libro presenta un examen convincente y profundamente investigado de los campos de internamiento chinos a través de relatos de testigos presenciales y reflexiones teóricas. Destaca el papel de la tecnología en la deshumanización patrocinada por el Estado y la vigilancia masiva, estableciendo paralelismos con relatos distópicos. Aunque alabado por la importancia del tema y su impacto emocional, algunos lectores critican las conclusiones del autor y sugieren lecturas alternativas.
Ventajas:⬤ Excelente narración y sólida investigación
⬤ apasionantes relatos de primera mano
⬤ tema importante y oportuno
⬤ empoderador y esclarecedor
⬤ bien escrito y emotivo
⬤ sirve de llamada necesaria para reconocer las violaciones de los derechos humanos.
⬤ Algunos lectores encuentran poco meditadas las conclusiones del autor
⬤ crítica al valor del libro por su precio
⬤ lenguaje exigente o difícil
⬤ ciertos capítulos contienen un fuerte contenido emocional que puede resultar angustioso.
(basado en 11 opiniones de lectores)
In the Camps: China's High-Tech Penal Colony
Cómo China utilizó una red de vigilancia para internar a más de un millón de personas y producir un sistema de control desconocido hasta ahora en la historia de la humanidad Nuevas formas de violencia estatal y colonización se han venido desarrollando durante años en la vasta región noroccidental de China, donde más de un millón y medio de uigures y otras personas han desaparecido en campos de internamiento y fábricas asociadas.
Basándose en horas de entrevistas con supervivientes y trabajadores de los campos, miles de documentos gubernamentales y más de una década de investigación, Darren Byler, uno de los principales expertos en la sociedad uigur y los sistemas de vigilancia chinos, descubre cómo una vasta red de tecnología proporcionada por empresas privadas -vigilancia facial, reconocimiento de voz, datos de teléfonos inteligentes- permitió al Estado y a las empresas incluir a millones de uigures en listas negras debido a sus prácticas religiosas y culturales a partir de 2017. Acusados de "delitos previos" que a veces solo consistían en instalar aplicaciones de redes sociales, los detenidos fueron internados en campos para "estudiar", obligados a alabar al gobierno chino, renunciar al islam, renegar de sus familias y trabajar en fábricas.
Byler viaja de nuevo a Xinjiang para revelar cómo la comodidad de los teléfonos inteligentes ha condenado a los uigures a la catástrofe, y defiende que la tecnología se utiliza en todo el mundo, vendida por empresas tecnológicas desde Pekín a Seattle, produciendo nuevas formas de falta de libertad para las personas vulnerables de todo el mundo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)