Recuerdo, como si fuera ayer, ir al internado.
Mi padre me había traído él mismo, se había quedado para animarme durante el examen obligatorio, y tenerle a él, tan alto, tan guapo, tan fuerte, a mi lado, tan pequeña y temerosa, me hacía menos vulnerable en aquel momento crítico. Me parecía que su presencia me daba un poco de su fuerza y de su saber, y, temblando, me aferraba a él...
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)