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In Search of Mina Wylie
En 1912, en un contexto de crecientes movimientos feministas y nacionales, el público australiano se unió en una campaña de recaudación de fondos para enviar a dos nadadoras a Estocolmo a competir, por primera vez, en unos Juegos Olímpicos. Mina Wylie, residente en Coogee, fue una de ellas y, tras ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1912, se convirtió en una de las mejores nadadoras que ha dado Australia.
Su carrera coincidió con una creciente percepción de la cultura de la playa y la natación como elementos esenciales de un modo de vida australiano único, y Mina se convirtió en un modelo a seguir para la vigorosa y saludable "chica australiana". Como una de las primeras celebridades deportivas femeninas, tipificó a la nueva mujer moderna, ya que viajó a Europa y Estados Unidos, mantuvo un estilo de vida independiente y no tuvo en cuenta las convenciones sociales. En 1975, Mina fue elegida miembro de honor del Salón Internacional de la Fama de la Natación, con sede en Florida.
Cuando se denegó su solicitud al Gobierno Federal para asistir a la ceremonia, una campaña nacional de recaudación de fondos volvió a poner a Mina en el candelero. Sesenta años después de que el público australiano enviara a Mina a los Juegos Olímpicos de Estocolmo, la población volvió a abrazar a la campeona olvidada y la envió a Florida para que ocupara su lugar entre los grandes de la natación internacional.
El libro redescubre a Mina Wylie, una mujer que inspiró dos veces a una nación, con sesenta años de diferencia. Y una mujer que estaba decidida a no desaparecer de la historia del deporte australiano.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)