Puntuación:
El libro narra el viaje personal de Fred Munch, detallando sus experiencias como agente de policía y sus luchas con la fe, la tragedia y la perseverancia. Los lectores apreciaron la atractiva narración, la profundidad emocional y las percepciones comprensibles sobre la vida y la superación de la adversidad. Destaca la importancia de la fe y el apoyo a las fuerzas del orden, por lo que es una lectura recomendada tanto para aspirantes a agentes como para quienes buscan orientación espiritual.
Ventajas:⬤ Un estilo de escritura atractivo y fácil de leer
⬤ ofrece una visión de la formación policial y de las experiencias vitales
⬤ emocionalmente impactante y cercano
⬤ mensaje inspirador sobre la fe y la perseverancia
⬤ incluye humor y anécdotas personales
⬤ atrae a un público amplio, incluidos aquellos que no suelen estar interesados en la literatura cristiana.
⬤ Algunos lectores consideraron que le faltaba profundidad a la hora de explorar el proceso de pensamiento del autor durante su transformación
⬤ unos pocos críticos desearon más sustancia en ciertas áreas
⬤ puede que no atraiga a quienes prefieren narraciones más analíticas o menos centradas en la fe.
(basado en 15 opiniones de lectores)
Searching for my Faith: A Cop's Struggle with Good and Evil and the Question: Is God Real?""
"Cree y Recibe". Son palabras muy sencillas que pueden significar mucho. Todo depende del contexto en el que se utilicen y del tema al que se refieran.
La religión es algo muy subjetivo y personal. Hace años nunca me habría planteado escribir sobre mi espiritualidad. Me educaron en el respeto a las opiniones y creencias de los demás, y no era habitual que hablara de religión en un foro abierto, a menos que fuera con la familia.
Sólo puedo decir que eso cambió radicalmente para mí hace unos seis años, cuando viví los peores días de mi vida mientras cumplía una condena de tres años y medio en prisión.
Había llevado una vida muy respetuosa hasta un poco más tarde. Había criado a tres hijos y me había casado con una mujer maravillosa. Había cumplido el sueño y la ambición de mi vida al convertirme en agente de la policía estatal. También tuve la oportunidad de trabajar en un Departamento de Policía Municipal en mi ciudad natal, y fui muy respetado por mi trabajo y por servir a mi comunidad.
Mi problema era que nunca pude mirar dentro de mí y decir con certeza que creía en Dios o en algún poder superior. Había visto demasiada mala voluntad a lo largo de los años. Demasiada gente mala haciendo cosas malas. Luchaba a diario preguntándome si existía Dios. Rezaba por las noches antes de acostarme, por si acaso existía Dios. E iba a la iglesia de vez en cuando si no estaba trabajando el fin de semana, principalmente para dar ejemplo a mis hijos en ese momento. Pero sobre todo para mí, no podía asimilar el concepto o la realidad de que había un poder superior que velaba por nosotros, y como mi madre siempre decía: "Dios nos ama".
De hecho, envidiaba a mi madre porque siempre parecía estar en paz consigo misma, y sabía que era porque creía en Dios. Yo quería ser como ella, pero cuanto más lo intentaba más cínica me volvía, y más tragedias veía en el trabajo, como homicidios, suicidios, agresiones, etc. ¿Cómo podía Dios permitir que ocurrieran todas esas cosas malas?
En 2000 me lesioné la espalda en el trabajo y estuve de baja un par de semanas. Intenté controlar el dolor y consulté a un cirujano. Éste me envió a un médico especialista en tratamiento del dolor. En pocos meses me había vuelto dependiente de los narcóticos y eso cambió mi personalidad y mi forma de conducir. Luché durante los seis años siguientes contra la adicción, el dolor y mi nueva visión de la vida, llena de apatía y desesperación. Los narcóticos se habían apoderado de mis ganas de vivir y la mayor parte del tiempo luchaba a diario contra la depresión.
Finalmente decidí retirarme porque ya tenía bastante tiempo y mi trabajo no era de la calidad a la que estaba acostumbrado.
Decidí que, puesto que no tenía el estrés de trabajar todos los días, intentaría dejar la medicación para el dolor. Conseguí dejarlo, pero lo sustituí por alcohol para adormecerme del síndrome de abstinencia que me provocaba la medicación.
El problema era que ahora dependía del alcohol para pasar el día, lo que acabó provocándome un accidente de tráfico en el que murió el otro conductor. Posteriormente, me detuvieron y estaba a la espera de sentencia cuando mi mujer murió de un aneurisma cerebral. El accidente fue en agosto, mi mujer murió en diciembre y yo ingresé en prisión en julio.
Ni que decir tiene que no tenía ningún deseo de pensar en Dios, ni creía en absoluto que existiera.
La historia se relata con detalle en los primeros y segundos capítulos. A medida que los últimos capítulos evolucionan y se detalla la experiencia de la prisión, cuento lo que sentí que eran acontecimientos milagrosos que empezaron a suceder. Tan milagrosos, que una completa transformación comienza en mi vida, y la verdadera historia de "Creer y Recibir" se desarrolla.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)